“Dicen que la mujer es el sexo frágil. Qué mentira más
absurda”, expresa la letra de una canción de José Augusto.
Quién sabe cómo y cuándo fue que se tejió una maraña
de circunstancias que encasillaron, sometieron y aterrorizaron a la mujer,
enseñándole a tener miedo. Sin tener derecho a opinar, elegir, votar, estudiar,
trabajar, etc.
Pero la mujer fue dándose cuenta del absurdo y empezó
una lucha que aún no ha acabado.
En un sistema impuesto convenientemente por algunos
varones, que lo han transmitido de generación en generación, acondicionando,
esquematizado, limitando, reduciendo, dividiendo.
“No es que no hayan existido mujeres que
no filosofaran. Es que los filósofos han preferido olvidarlas, tal vez después
de haberse apropiado de sus ideas”, manifiesta Umberto Eco.
Somos seres humanos, en un mismo espacio en el tiempo,
en la misma dimensión. Mujeres y hombres con diferentes características, pero
con el mismo potencial y capacidad para crecer, desarrollarse, construir,
amarse y amar. Despojémonos de la basura impuesta. No tenemos la culpa de lo
que nos han impuesto, pero sí la responsabilidad de no limpiarnos de eso.
Entonces, el mérito es de la mujer, que ve más allá de
lo impuesto y a pesar de ser la víctima del sistema, luchó y lucha generación
tras generación, para ser.
Un 25 de marzo, 140 mujeres trabajadoras murieron como
víctimas de las condiciones opresoras contra la mujer. Todos los días, las
mujeres son víctimas del machismo, de la violencia. De la idea patológica de
gente insana, que siente el perverso placer de dominar disponiendo denotativa y
connotativamente de la vida de otro ser humano, porque su falta de razonamiento
y sentimiento le hace creer que puede hacerlo y lo hace.
¡Seres humanos de diferente sexo, despierten, abran
los ojos, sean humanos!
Mientras tanto, con temor y valentía, las mujeres
siguen luchando día a día. Como madres, empresarias de grandes, medianos y
pequeños negocios. Como comerciantes ambulantes, como lavanderas, empleadas,
deportistas, bailarinas, estilistas, cantantes, políticas, modistas, poetisas,
literatas. Profesionales: dentistas, abogadas, profesoras, ingenieras,
contadoras, periodistas, médicos con especialidades de diferentes áreas, etc.
Mujer trabajadora, sigue adelante. Edúcate y educa a
los que están a tu alrededor. Seguimos en la lucha, que es la lucha del
equilibrio, la equidad y la verdad.
Mujer… sigue luchando, sigue creciendo y construyendo
un futuro mejor para las mujeres y los hombres que vendrán.
*Por Eizo Pinto.
*Cortesía de Revista Mitosis (revistamitosis.pe)
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