Las Elecciones Presidenciales y Congresales del 11 de abril de 2021 están hechas como para preservar en el Perú, sabe Dios hasta cuando, la desigualdad; pobreza; corrupción; y los abusos del poder económico.
Este aparente pesimismo, surge de enfrentar la realidad. Porque se vienen dando las mismas condiciones de los últimos procesos. Nada ha cambiado. Todo sigue igual. Continúa en caída libre y decreciendo, la calidad de la política nacional.
Llevamos cuatro décadas de práctica democrática, solo interrumpida por el autogolpe de Fujimori en 1992 y el atípico reciente golpe del congreso de la República. Pero estos años en democracia, solo han servido para mostrar de qué estamos hechos.
Si bien como sistema la democracia es casi perfecta, en teoría, aplicarla en el ejercicio gubernamental, es otra realidad. Porque si bien se concibe que, el poder emana del “pueblo soberano”, la obligada individualización, por efectos de la representatividad crea, en muchos casos, potenciales dictadorzuelos.
Hasta los años ochenta el Perú soportó gobiernos, casi a la par, tanto de facto, como elegidos por voto popular. La productividad, en ambos casos, ha sido pésima por la pobreza evolutiva de la sociedad peruana. Pero resultó más perjudicial, el hecho de que nunca pueblo y fuerza armada llegaran a ser un solo cuerpo; un solo puño, para hacer más grande y poderosa, a nuestra Patria.
Actualizando y hurgando en las últimas cuatro décadas, consideramos que es con el gobierno de Fujimori cuando se abrieron, de par en par, las puertas de la cueva de “Ali Baba” y se legalizó la corrupción, en nuestro país.
Sí, Fujimori, patentizó la felonía. Mintió a los peruanos al anunciar que, en su gobierno, no habría shock como sí lo proponía, Mario Vargas Llosa, su rival en segunda vuelta en año 90. El escritor planteó, la necesidad de sanear la economía nacional.
Ya como presidente, Fujimori, no solo aplicó el shock, sino que lo hizo con los empresarios del FREDEMO, movimiento que financió la candidatura del literato.
Después del autogolpe, en 1992, se realizó la Asamblea Constituyente que sirvió a los empresarios en el poder, para cambiar y adecuar la carta magna a sus intereses.
Se estableció el neoliberalismo que había fracasado en Grecia y que Pinochet aplicó en Chile, en 1973. Si bien la fórmula del libre mercado; de libre oferta y demanda, aseguraba el desarrollo macroeconómico del estado, fue fatal en cuanto a las desigualdades ya existentes porque hizo más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.
De las normas antipopulares de la Constitución del 93, hay muchos ejemplos. Para muestra un botón: Hasta la constitución de 1979 la propiedad de las tierras, de las comunidades campesinas, eran imprescriptibles. Con la de Fujimori, las tierras, que por siglos habían sido de los comuneros, pasaban al Estado sino se demostraba su uso en un tiempo determinado.
En 1996, el gobierno fujimorista entregó más de 180 mil hectáreas de tierras comunales de Lambayeque y Piura, a la firma Odebrecht. El Proyecto Especial de Irrigación Olmos y Tinajones, PEOT, fue el pretexto para despojar a los campesinos y beneficiar a la concesionaria brasileña. Si alguien se tomara el tiempo de revisar la historia del PEOT, se enteraría de que el proyecto original aprobado estaba concebido para para beneficiar a los hombres del campo de la región. Que por tener estudios definitivos, debería ser llevada a licitación pública y realizarla el estado, Al final gobernantes traidores forzaron la figura legal de la “Iniciativa Privada”. El estado peruano fue el principal nversionista. Brasileños y coimeros se llevaron el dinero. El proyecto culminó con el remate de tierras del Trapecio irrigado, adjudicadas a poderosas empresas nacionales y extranjeras.
Siempre, de la pantanosa era de los últimos gobiernos, es necesario evocar también, lo ocurrido en el tercer fallido gobierno de Fujimori. Su socio Montesinos, puso al desnudo la corrupción en los altos niveles de ese gobierno. Los “vladivideos”, entregados por inesperada colaboradora, nos permitieron ver la “compra” de conciencias. Gobernantes, jueces, altos jefes militares; empresarios, dueños de medios de comunicación y reconocidos personajes, desfilando en la salita del SIN.
Ese escándalo, de talla internacional, sacudió y parecía que podía despertar al pueblo peruano. Pero no fue así. Solo llegó a ser, el anuncio de algo ya sabido. Algo así como que nos dijeran; hay enfermos en casa. Además, los peruanos somos buenos para olvidar y perdonar.
En los gobiernos sucesivos, Toledo; García; Humala; PPK, hubo más de lo mismo. La ruta para robar y saquear el país, estaba trazada. El Perú es el paraíso de los “caídos del palto”, calificativo que utilizó Fujimori.
El caso “Lavajato”, desencadenó un nuevo desfile de corruptos. Aún siguen, hasta hoy, fiscales y jueces, investigando y deteniendo autoridades. Reos en cárcel; procesos de extradición; suicidio; investigaciones y conflicto de poderes, son consecuencias del mal. Pero, no olvidar tampoco la lucha casi solitaria de algunos representantes del Poder Judicial y el Ministerio Público y del cuestionado presidente, Martín Vizcarra, quien, para su desgracia tomó la decisión de colocarse de lado del pueblo y enfrentarse a los poderosos representantes del sistema corrupto en el Perú.
Vizcarra, que parecía el “alfil” de Keiko Fujimori y sus 73 congresistas, se desligó de la señora K e inició su batalla quijotesca contra la corrupción. Creó la Comisión para la Reforma Política, Judicial y Electoral y logró llevar sus acuerdos a Referéndum; disolvió el congreso y enfrentó al nuevo. Sin apoyo del Tribunal Constitucional cayó; y enfrenta cargos y odios no sabidos.
Por eso y por mucho más se deduce, que es estratégico y determinante saber elegir a nuestros gobernantes. El pueblo es, de hecho y de derecho, responsable político de lo que hagan sus elegidos. Pero, en descargo, se debe precisar la felonía de los gobernantes. Nunca invirtieron en educación. Nunca una verdadera reforma. Sabían que un pueblo cuando más ignorante e inculto, más fácil es de manejar y engañar.
¿Ahora qué tenemos? Los actuales comicios se realizan baja pautas que establecieron las organizaciones que hoy postulan. Es decir los partidos que pasaron la valla en elección anterior. Tenemos candidatos sentenciados; empresarios corruptos que se enriquecieron a costas del Estado y con alta morosidad en sus pagos tributarios; tránsfugas natos; o personas sin una sólida formación educativa, cívica, moral y cultural, quieren gobernar.
El electorado nacional la tiene más complicada que en anteriores procesos. Sobre todo los jóvenes, quienes son mayoría, que irrumpieron en la escena política, a raíz de la vacancia de Martín Vizcarra, demandando justicia.
Son tan indeseables estas elecciones que pocos, muy pocos, manifiestan sus preferencias o apoyo espontáneo a los candidatos. Se ha perdido la fe. Han matado la confianza que alguna vez surgió, en defensa de ideas de patria y justicia.
Las encuestadoras, que siguen siendo más promotoras que consultoras, son parte de la parafernalia electoral. Financiadas empresarialmente, en cada proceso exhiben la galería de los candidatos de siempre.
Una encuesta tiene como principal soporte el trabajo de campo. Visita real, a electores reales. Este tiempo de pandemia no es propicio para una consulta sincera. Sin embargo ellos son, los dueños de encuestadores, los “voceros” camuflados de los candidatos de siempre.
La cuestión es: votar o no votar. Si votar es malo, peor es no hacerlo.
Algunos medios de comunicación han intentado apoyar con el llamado “voto informado” y es un buen punto. El elector es quien debe resolver el problema. Y de lo que se trata es de salir de la trampa, tendida por los políticos criollos, ahora ya más expuestos y conocidos.
Hubiéramos preferido que por decencia o vergüenza los partidos y políticos que pertenecen a la corrupción, no postulasen. Pero para ellos, sin vergüenza ni ética, todo vale y vale todo. Así es que, atrapados y sin salida, los electores que no apoyan a la corrupción, deben usar más la cabeza y menos el corazón. Olfato, intuición y si quieres apoyar el cambio escoge a los candidatos de mejor trayectoria y reputación.
¨*epesquerre@gmail.com
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