Descubrir el valor pedagógico de la historia siempre será como poner el pie en el peldaño estratégico.
Encontrar,
especialmente, la historia verdadera, para corregir errores del pasado; para crecer
y desarrollar. Recorrer el camino, por el túnel del tiempo, en un intento de
conocer cuándo, cómo y dónde fallamos para haberle salido tan mal a los
creadores divinos.
Mientras nuestros
filósofos discuten sobre la “Dialéctica del Amo y del Esclavo” de Hegel, para
explicar el uso y el abuso del poder en fenómenos históricos tan perversos como
la esclavitud antes y la marginación o exclusión económica ahora, la sociedad
insensible camina hacia su autodestrucción. Como si el puente, que une lo
sensible con lo inteligente, se hubiera roto.
¿Qué hacer ante lo
aparentemente incontinente? ¿Qué tipo de gobierno se requiere para dar una
vuelta de timón y evitar otro cíclico final?
Los gobernantes del mundo llegan al poder en base a la acumulación de la riqueza y del dominio sobre las armas. Mas, es el pueblo el que sirve, cuanto menos, de aval.
Se hace
necesario, por ello, una toma de conciencia social, porque las armas pueden ser
poderosamente temibles; pero el soldado, como dijo Bertolt Brecht, con las
armas adquiere un poder inmenso; pero tiene un defecto, puede ponerse a pensar...
*Por
Enrique Paz Esquerre.
epesquerre@gmail.com
*Publicado
originalmente en diario La República (10/03/2020)
*Imagen
de Portada: Difusión.
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