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dibujo de Eduardo Cassaro

El talentoso dibujante e ilustrador de Cuentos,  Eduardo Cassaro, nos brindó un poco de su tiempo. Egresado de la Escuela de Bellas Artes, de la Facultad de Dibujo y Pintura, recrea y da vida con su arte del dibujo, a cuentos y otras narrativas. Ejerce la docencia formando nuevos artistas. Revista Arquetipo conversó con el artista y el ser humano; acerca de su dedicación al arte, su disciplina, proyectos, sueños, perspectiva…



RA: ¿Desde que edad te dedicas al dibujo?


Como la mayoría; de pequeño, a los 5 años comencé a dibujar. Me gustaba y también, como la mayoría de los que nos gusta el dibujo; en mi casa fomentaban bastante eso. Revistas, libros, todo material gráfico, que serían las delicias de cualquier niño. Al menos en mi casa siempre abundaban.

Y con los años, me gustó el asunto más de lo normal. Me matriculaban en los Talleres de verano de Bellas Artes y, llegado el momento, lo decidí como carrera, como futuro, como proyecto de vida.


RA: ¿Y cómo era en el colegio? Hay algunas personas que en clase se ponen a escribir, dibujar,  ¿Tú eras así? ¿De los que se ponían a dibujar en cualquier papel?


Eso es exactamente cierto (risas). Sobre todo en secundaria. A partir de 3°. Me sentaba atrás y, clase que no me llamaba mucho la atención; me sentaba al fondo y me ponía a dibujar. Llenaba cuadernos.  A quien le gusta dibujar, en cualquier momento; cuando ve que  algo no le llama la atención, se pone a dibujar. Es un hábito en todo dibujante. Por último en toda persona que le gusta hacer algo; siempre encuentra un momento para hacerlo.


RA: Y ¿qué dibujabas, lo recuerdas? ¿Lo que venía a tu cabeza o lo que observabas?


De todo un poco. A veces me ponía a hacer caricaturas de mis compañeros, de mi profesora. Otras veces, como tú dices,  cosas de la cabeza. Recreaba bastantes personajes de las revistas que tenía. De todo un poco. Algo también que recuerdo es que al final de la secundaria, mis amigos llegaban con sus casacas y camisas para que les dibujara como recuerdo de promoción o fin de año. Eso era la clásica.


RA: Iniciaste primero, copiando un poco dibujos de revistas ¿o venían dibujos a tu mente?


Te cuento, lo que le digo un poco a mis alumnos; todos en algún momento de su vida han dibujado. Pero eso se llama grafismo. El grafismo es una cosa intrínseca en todo ser humano. Todos en un momento hemos agarrado un lápiz o un lapicero y hemos garabateado y; a los que nos gusta dibujar, empezamos con los grafismos y, luego en nuestro afán de querer dibujar mejor, lo más inmediato es reproducir las imágenes que nos gustan bastante o nos llaman la atención. Por ejemplo, a los 8 años, tenía libros ilustrados. Me gustaba una imagen y lo que hacía como práctica, aunque en ese momento, uno no es consciente de que eso es una práctica; con la práctica intentaba reproducir esa imagen lo más posible de cómo era. Y eso es un hecho que conforme avanza esa práctica, va cimentando la técnica. Uno va mejorando.

Eso les digo a mis alumnos. Uno puede tener una cualidad de nacimiento, tener aptitudes; pero en la medida  que vaya practicando y tratando de igualar a sus referentes gráficos, la cosa mejora. Es algo básico en cualquier técnica de dibujo.

Cuando yo estudiaba en Bellas Artes, el 40% en las clases del taller de dibujo, era reproducir; ya sea bodegones, ya sea modelos en vivo, etc. Una vez que uno asimila, internaliza las formas, las maneras, los sombreados, es cuando ya puede de manera suelta y sin necesidad  de referentes gráficos plantear sus propias composiciones.


RA: ¿Cuándo fue que tomaste consciencia que tenías talento para el dibujo? ¿Cuándo tus amigos te felicitaban…?


Bueno… Para no sonar pretencioso, yo me daba cuenta que dibujaba bien para mi edad. Me di cuenta que me gustaba y supe que el desenlace, era lo más lógico;  ponerme a estudiar eso.

Ahora, a tu pregunta puntual, ¿a qué edad empecé a dibujar bien? Cuando entré a Bellas artes y, vi la enseñanza, me di cuenta que me faltaba bastante. Cuando entras a estudiar, te enfrentas con el problema más complejo del dibujo, que es reproducir el cuerpo humano. Aprender eso es un proceso largo y tedioso. He visto a compañeros  tirar la toalla. Aprender toda la morfología e histología, recovecos  del cuerpo humano, demanda tiempo. Podría decir que me di cuenta que había asimilado y aprendido todos esos asuntos, ya a los 22 años. Me di cuenta que podía dibujar perfectamente la anatomía humana, que es una de las cosas más complicadas al momento de dibujar, sin ningún inconveniente. Para responder a tu pregunta, a los 21; 22 años me di cuenta (risas), de que tenía, entre comillas, talento.


RA: Creo que dibujar un rostro es lo más difícil…


La anatomía humana es la más complicada de dibujar. Si se trata de sacar el parecido de un retrato, debes logar dos cosas que son básicas, por un lado es el parecido físico y otro es captar la naturaleza psicológica del sujeto. Que es más complicado. Algunos dicen que las partes más difíciles de trabajar son las manos y los pies pero para mí, son unas de las cosas más fáciles que se me hace. Te lo repito, no hay nada sobrenatural, no hay nada sublime, es simplemente, práctica, práctica, práctica, práctica y más práctica. Si  a uno le gusta, lo ve como una satisfacción.


RA: Preferentemente ¿Qué te gusta dibujar más?

La anatomía humana. Realismo. Soy un dibujante realista.


RA: ¿Qué materiales utilizas para tus dibujos?       

 

El dibujo puedes hacerlo con lápiz, carboncillo, rotuladores, tinta. Depende de lo que me pidan. Me hago cargo. Pero para lograr un dibujo académico se recomienda lápiz y carboncillo. Puede recrear con mayor precisión.

Por ejemplo, cuando me piden un dibujo para un libro: lo dibujas con lápiz y luego lo entintas o coloreas, depende del trabajo.


RA: En los casos de los cuentos, te piden que dibujar o tus los lees y elaboras el dibujo?

Es coordinación. Yo lo leo, nos reunimos, dialogamos y nos ponemos de acuerdo cual sería la mejor composición.


RA: Dime y ¿Qué es el dibujo para ti?

Esas ya son preguntas filosóficas (risas)… La respuesta más simple y perfecta: El dibujo  es lo mejor que sé hacer. Tan simple como eso. No le veo nada de extraordinario. Ahora, es grato cuando alguien dice que tu dibujo es bueno y tienes cualidades. Pero yo no le veo nada extraordinario.


RA: Ah sí…?

O sea, no lo estoy descalificando ni desvalorando. Yo lo veo como un ejercicio natural.

Estoy en un par de proyectos con unos amigos, para producir una obra particular. En la medida que esta obra salga y tenga cierto arraigo, el orgullo y la satisfacción serán de otro orden. Pero de momento los dibujos que hago y todos los que he hecho, me gusta y me satisface. Creo que es parte de mi juicio y criterio, como yo valoro las cosas. Para mí es una actividad más. Como te dije, es lo mejor que sé hacer.


Eduardo Cassaro
Eduardo Cassaro


RA: ¿Te pasa como le sucede a algunas personas,  que haces algo; lo observas y dices  no me gusta, no me convence?


Sí. Por supuesto. Muchos de los dibujos que hago, no me gustan. No soy de aceptar fácilmente cualquier dibujo e ilustración y calificarla como soberbia o maravillosa. Nada de eso. La autocrítica y el juicio de valor para mí son muy importantes. Si bien se dibujar bien, para  llegar a mis referentes gráficos me falta bastante. De momento, soy un buen dibujante, se han publicado libros con mis ilustraciones. Y está bien. Cuando salgan mis proyectos que están en proceso ahora, ahí veré…


RA: ¿Hay un qué o quién te inspira el dibujo?


Ehh… No. (risas) En mi caso no. La actividad del dibujo me gusta, me satisface… pero yo disto bastante de romantizar esta profesión. No tengo esa inclinación de decir… el arte… soy un artista… no, no. Para mí es una disciplina, una constancia, que me gusta obviamente y la idea es seguir mejorando.

La inspiración… puedo ver una cosa que me llame la atención, que me impacte y registrarlo… …pero para eso uno debe estar preparado. Tener a la mano la libreta el lápiz o el celular para fotografiar, porque sentarse a esperar que lleguen las musas… a mí no. Conozco gente que sí pero no es mi caso.

Por ejemplo, un retrato de un hombre mayor, sentado en la plaza, pensativo, me puede llamar poderosamente la atención y las ganas inmediatas de dibujarlo. Me parece profundo, trascendente, lograr registrar por ejemplo el desgaste o el avance del tiempo en una persona anónima que está sentada en un lugar. Poniéndonos un poco filosóficos, como una metáfora, como un reflejo de la erosión o el paso del tiempo en un ser humano… El arte puede residir en algo tan transcendental como  el rostro de un joven, una joven, un viejo, una vieja. En una, perfecta, maravillosa y extraordinaria sincronía y armonía del cuerpo humano.


RA: Pero si hay algo que te impacta, por eso llevas siempre la libretita como dices para apuntar algo o dibujar algo…


Exacto, son las menores de las veces, pero sí ha sucedido. Más la llevo para hacer algún apunte, unos bocetos de algo que me llame la atención. Algunas veces sí, me he puesto a hacer un dibujo y acabarlo. Me he sentado en una banca y me he puesto a dibujarlo.


RA: Pero ¿qué es lo qué te impacta, es una interpretación?


Cuando vas por la calle y ves gente…. ¿No te llama la atención, rostros, gente? que si bien son  anónimas para ti; te hace pensar ¿qué rostro es, qué mirada esa, qué esconderá, de qué vivencias estará impregnada su vida? A mí me llama la atención eso. Como dibujante soy bastante observador. Las manos, ciertos tipos de manos… me llaman bastante la atención. Las manos rugosas, venosas de  la gente  entrada en años, o las manos delgadas, finas, de ciertos individuos, me llaman bastante la atención y me… empujan a dibujarlos. Encuentro en eso un sentido de armonía, equilibrio. Son bastante interesantes. Por ejemplo, en lo que se dice el Trujillo viejo,  hay ciertas casas de los años cuarenta, cincuenta; ciertas texturas de los portones, totalmente desgastados por el tiempo. Me son poderosísimamente interesantes, me dan ganas de dibujarlos.  


RA: ¿Qué condiciones necesitas para dibujar?


Para dibujar uno necesita cierta atmósfera, estar tranquilo, relajado, sosegado y ponerse a dibujar. Si veo algo que me llama la atención por ejemplo en una marcha, capturo la imagen para luego recrearla en el dibujo.


RA: Al decir “capturar la imagen” ¿te refieres de modo literal, tomar una fotografía o a una imagen mental?

Las dos cosas... El dibujo, es ante todo recrear la realidad. La definición técnica del dibujo, es una cosa, pero la definición estética del dibujo, es recrear la realidad. Dotar al papel y al trazo del lápiz que vaya dejando; dotarlo de realidad. Que quien  vea el dibujo, vea, diga,  esto transpira, exuda realidad. Hablo del dibujo realista.



Dibujo de Eduardo Cassaro
Dibujo de Eduardo Cassaro



RA: Pero muchas veces y mayormente  las personas interpretan, así sea algo realista…


En la medida que una obra te transmita, una sensación, una emoción y te sientas unida a ella; la finalidad de la obra de arte ha sido cumplida. Lo peor que le puede pasar a una obra de arte, a un dibujo, una pintura, es que no te transmita nada, que te la tengan que explicar. Mucho del arte moderno se basa en eso, te tienen que explicar, te ponen un manual, o te hacen una guía. No. Eso no es arte. El arte va a la arena, va de frente. No hay intermediario. Eres tú y la obra. Y tiene que calar de alguna manera, si no cala, el problema no eres tú, el problema es la pintura. Es un subterfugio bien engañoso y bien taimado, que si no entiendes una obra de arte, eres un inculto… para nada. Un dibujo, una pintura bien hecha, de alguna manera tiene que sumarle o restarle a alguien, independientemente de cual sea su criterio, su nivel cultural, lo que sea, pero tiene que calarle de alguna manera.


RA: Mencionaste, hace rato que te llaman la atención las manos, ¿por qué;  qué te llama la atención de ellas, cómo se ven, su textura, su estética o es interpretativa, esas manos de trabajador o trabajadora, manos suaves que acarician…?


Cuando tenía 12 años leí por suerte, esta novela de Abraham Valdelomar, “La Ciudad de los Tísicos” y hay un pasaje en esa novela, donde el protagonista Abel  Rossel escucha de parte de un filósofo tísico llamado Agustín, todo un tratado, acerca de la espiritualidad de las manos… o la naturaleza prosaica y burda, que se pueden ver perfectamente en las manos de las personas. Ese pasaje, desde pequeño me llamó la atención y a lo largo de mi adolescencia y  cuando estudiaba, una parte de mi  búsqueda era corroborar esa tesis, en qué medida las manos recrean o son heraldos o son extensiones de la personalidad  o del ánima de su portadores… y el complejo de  arquitectura de las  manos son perfectas…y encima de eso que las manos tengan un estuche, una apariencia, que sean agradables a la vista, es una cosa extraordinaria y si además de estética, transmiten una sensación de eternidad, de búsqueda, de carácter…

En la escultura de Miguel Ángel,  “David”, una escultura de cinco metros, si tú ves las manos del personaje;  tú te haces la idea del carácter, la ética, la transcendencia del personaje. Encontrar algo similar, en las personas que caminan o discurren a tu alrededor; a mí me parece fascinante. Dibujar eso, captar esa espiritualidad, esa naturaleza, ese carácter, a través de las manos me parece fascinante. Las manos y la mirada, ahí tú puedes encontrar psicología o el alma de la persona. A mí me fascina.


RA: ¿Cuánto tiempo le dedicas al dibujo?


La práctica son  tres a cuatros horas diarias. Pero si uno está aprendiendo a dibujar, es más. Son de 5 a 6 horas si uno quiere llegar a un cierto nivel, pero si no, si es un hobby, practicas dos horas diarias, no más. Ahí es donde se diferencia al aficionado y al que quiere hacer algo un poco más. El nivel de práctica mide el esfuerzo que le dediques al dibujo.


RA: Tienes dibujos guardados, has expuesto tus trabajos en alguna exposición pública..?


Exposiciones en sala no, he expuesto, entre comillas, en los libros. Ahí están mis trabajos. Tengo mi archivo de dibujos guardados, pero mi trabajo lo expongo en los libros que ilustro. De momento no he considerado exponer mi trabajo. Ahorita estoy en un proceso de publicación de un  libro. Lo tomo eso como una exposición. Ahí muestro mi trabajo. Ahora mi prioridad es sacar adelante mis proyectos, el libro de cuentos y otro proyecto personal; otro libro que sería la exposición personal de mi trabajo.


RA: Otra de esas preguntas entre profundas o no, ¿Qué es la felicidad para ti?


(Risas) La felicidad, haber… según la etimología, si bien recuerdo, la felicidad viene de felix o de fértil que significa fructificar. Es decir, aquello que tengas o poseas hacerlo fructificar. Hacerlo que sea fértil. En mi caso sería, hablando del dibujo; la felicidad sería poder vivir de lo que hago, de lo que me gusta y alcanzar mis metas. Esa sería la felicidad o al menos un tipo de felicidad supongo.


RA: Pero ¿si vives de lo que te gusta?


Sí. De momento sí, pero la idea es, vivir un poco mejor. Alcanzar ciertas metas que uno se ha propuesto y como el arte es a fin de cuentas un medio de comunicación; que mis ilustraciones y mis dibujos lleguen al público, a un mayor público e interactúe con ellos. Que mi arte, entre comillas, llegue y sea del agrado y cale en el público. Que sepan apreciarlo. Que el mensaje que quiero transmitir a través de los dibujos que estamos haciendo llegue al público y  goce de su preferencia.


dibujo de Eduardo Cassaro
Dibujo de Eduardo Cassaro


RA: Y entonces ¿cuál sería tu sueño, eso también?


Claro, ese es uno de los sueños. Que mi proyecto salga adelante, que sea la punta de lanza para otros proyectos y; una cosa bien personal, incrementar en Bellas Artes, una cosa que se quedó a medio camino, que la pandemia lo cortó. Implementar en Bellas Artes un Taller de Ilustración.

La Ilustración es una variable del dibujo, en el sentido… el dibujo artístico que tú puedes ver en cualquier escuela de arte, es el cuerpo humano en reposo. La ilustración se encarga por ejemplo de enseñar a los alumnos, el dibujo del cuerpo humano en movimiento. Que es lo que justamente se pide para los libros, las enciclopedias y todo tipo de trabajo. Y ahí también hay otras variantes como el comic, la animación. Eso estábamos implementando en Bellas Artes, pero de momento, ese proyecto está parado. Uno de mis sueños, también sería eso, que ese proyecto siga, se concrete; porque había bastante demanda y eso era lo grato, ver a los niños, a los chicos, jóvenes que llegaban entusiasmados y podían plasmar todo su entusiasmo en su dibujo.


RA: Volviendo a la pregunta anterior de qué es la felicidad, me doy cuenta que me has respondido a futuro, y en este momento…


No creo que en este momento de pandemia, alguien sea completamente feliz. Tengo todas mis necesidades cubiertas. No estoy triste o deprimido, pero este año, han quedado varios proyectos truncos y ahorita estamos en plan de esperar y confiar… El 2020 ha sido un mal año desde todo punto de vista…No estoy mal pero si con un sabor amargo en la boca, de que en la puerta del horno las cosas se han quedado ahí por esta coyuntura.


RA: Con pandemia o sin pandemia, ¿Qué te entristece?   

 

 ¿Qué me entristece? Supongo que lo que le entristece a la mayoría de las personas, que una cosa no te salga bien, una  discusión. En el ámbito laboral que un proyecto se quede truncado, colgado, que no funcione. Eso bajonea a cualquiera y, en el ámbito personal será indisponerse con alguien, una discusión, un mal entendido.


RA: Y ¿Qué te indigna?


Soy recontra intransigente con la mentira. Tengo una cuestión muy recta, rígida. Para mí la confianza, la lealtad, la sinceridad son indispensables. Cuando eso se quiebra, eso me indigna bastante. Tanto en lo macro como en lo micro. Duele ver ese tipo de comportamientos que se suscitan o desarrollan en diferentes ámbitos de la sociedad. Eso me molesta bastante. Los niveles de hipocresía, de traición…


RA: ¿A qué le temes?


Como todo el mundo, le temo a la muerte. No a  la muerte que sé que es una cosa natural. Sé que voy a morir… pero a morirme antes de tiempo, si haber hecho lo que quiero hacer,  a una muerte dolorosa, u otro miedo es ver el  dolor en la gente que uno quiere, que es casi lo mismo. Le temo a eso….


RA: Volviendo al tema del dibujo, de los dibujos que has hecho ¿tienes tu dibujo favorito o dibujos favoritos?


Sí, tengo unos cuantos. Más o menos, como es de suponer son rostros de personajes. Y me van muy bien las miradas y las expresiones faciales. En uno de los proyectos en los cuales estoy metido, es acerca de la cultura Mochica, una historia de largo aliento, ambientada en esa época y los dibujos y diseños de varios personajes que los tengo guardados, encarpetados. Muchos de ellos me gustan bastante, por la recreación, el carácter. Estoy medianamente orgulloso de ellos.   


RA: Todos los libros en los que has dibujado son  de cuentos o…?


Con  Carlos Santa María, son tres libros de cuentos. Anteriormente hice ilustraciones para un libro de Tradiciones Peruanas, un poemario y un libro infantil de cuentos que realicé para una editorial, en la que contribuía con los dibujos. Más que nada son de cuentos. Que es lo usual para la hora de presentar cuentos.

Dibujo de Eduardo Cassaro
Dibujo de Eduardo Cassaro


RA: Y  realizar un dibujo que te piden ¿Cuánto tiempo te toma?


Depende del dibujo, depende de la dimensión, de las coordenadas. Eso delimitará el tiempo que necesite para realizarlo. Si es un dibujo en un formato de una hoja bond, o también depende del tipo de composición, si hay personajes, paisajes, animales. Un dibujo bien hecho, en un día de ocho horas de trabajo, con lápiz. Con color sería un poco más, un día y medio… primero es lápiz, después color y después entintas…


RA: ¿Cómo te ha impactado esta pandemia del covid-19?


En Bellas Artes se iba abrir un Taller, pero la pandemia, cortó eso. De momento estoy haciendo ilustraciones. En esta pandemia estoy como profesor particular, dando clases virtuales a un grupo, pero como les he dicho a ellos, les doy  alcances, porque nada suple la enseñanza presencial, pero al menos virtualmente algunos alcances se les puede dar.


RA: ¿Qué piensas? ¿El talento nace o se hace?


Nace.  Quien diga lo contrario miente. Hay un porcentaje obviamente de talento. Por talento me refiero a la capacidad de entrega. Basta con que un alumno o aprendiz esté dispuesto a estar 5 ó 6 horas practicando, eso es talento, eso es un mérito. Lo tengo claro, no cualquiera puede hacer eso. Estar metido una tarde practicando, borrando, volviendo hacer. Eso es talento, la capacidad de soporte, de aguante, de seguir y seguir. Eso es talento. Y si a eso le suma que ya tiene una cualidad innata para el trazo, mejor que mejor. Para estar metido horas practicando…


RA: ¿Crees que es siempre imprescindible la preparación en un centro de educación superior?


Sí, me parece que es necesario, quieras o no, una escuela de arte amplia tu espectro de conocimiento, amplia tus alcances cognitivos, te da bastantes opciones sobre la técnica, te facilitan bibliografía, referencia y esas cosas. Desde el punto social, te facilita relaciones y meterte en ese mundo.


RA: ¿Tienes  algún referente respecto al dibujo alguien que tú digas mi maestro o algo así?


Por supuesto….  De niño, yo recuerdo que mucho de los libros que yo leía, en  los cuentos había ilustraciones de maestros del siglo XIX.

 Uno de ellos es Gustave Doré, que ilustró obras clásicas: la Divina Comedia, cuentos de Edgar Allan Poe, la Biblia; también el francés Grandville, sus dibujos son extraordinarios porque introdujo el concepto de hacer animales con formas humanas, fue  innovador. Otro maestro, gran ilustrador de los cuentos de los hermanos Grimm, Cuentos de hadas,  Alicia en el país de las maravillas, fue Arthur Rackham; sus dibujos son unas maravillas. Esos serían mis referentes entre otros. El gran descubrimiento cuando yo tenía 8, 10 años fueron los libros y revistas de esos cuentos que me gustaban acompañados de sus ilustraciones.

 Y acá en el Perú  hay grandes ilustradores, por ejemplo, me quedo con pintores como Teófilo Castillo, Carlos Baca-Flor, Francisco Laso. Son de los clásicos  del siglo XIX, comienzo del siglo XX,  Daniel Hernández. Y en materia de ilustración, dibujo, hay un  gran acuarelista, que vive en Arequipa, Luis Palao y; ya en dibujantes hay gente que se ha  dedicado a la  ilustración y a la historieta: Juan Acevedo, Dionisio Torres, y un señor que hace poco acaba de morir, Hernán Bartra. Esos serían algunos referentes de la ilustración peruana.


RA: Referentes, todo con el dibujo…


Sí. Estos pintores que te mencioné,  Baca Flor y Francisco Lazo no tienen nada que envidiar a los maestros europeos de esa época. Ahora de los clásicos de la pintura universal, son Miguel Ángel, Rafael, Velázquez. Toda esa gente.


RA: Dime ¿y eres feliz con lo que haces?

(Risas) Sí soy feliz haciendo lo que hago y quiero ser más feliz concluyendo mis proyectos.


RA: Bueno,  Eduardo, gracias por darnos esta Entrevista…


Gracias a ti más bien, por hacerla.


RA: Qué bueno que te dedicas al arte y esperemos que salgan todos tus proyectos, y muchas gracias por la entrevista.

 

 

**Dibujos de Eduardo Cassaro

**Entrevista por Leslie Paz.


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