En
memoria del Tío Factos
A pocos días de las
celebraciones mundiales por el libro (algunos también celebran el Día del Idioma),
Rosa Montero publicó uno de los textos más valientes sobre
la condición de los escritores en la actualidad [Artículo “La mayoría de los escritores” publicado en El País Semanal (https://elpais.com/eps/2025-04-20/la-mayoria-de-los-escritores.html)].
Y es que, siendo sinceros, en el oficio de la literatura se lavan los trapitos
en casa.
Cito un fragmento
meteórico: “Que no te publiquen. Que te publiquen y tu propia casa editorial no
te haga ni caso. Que te saquen críticas
horrendas. Que no te saquen ninguna crítica. O que te pidan una novela de 600
páginas y luego te dejen tirada...”.
El tema causó un
terremoto e hizo que Montero elimine la publicación de su muro del Facebook. Sin
embargo, yo, made in Perú me arriesgo
a continuarla…
Que seas un poeta
peruano y no tengas derecho a nada. Que dejes en tus palabras la invención de
toda una vida y no valga nada. Que nadie apueste por tu obra. Que no existan
agentes literarios. Que no te puedas realizar como escritor. Que ser escritor
sea mal visto en el Perú. Que tengas que poner la literatura por encima de todo
lo que impide escribir. Que tengas bajos sueldos, pero una fe inaudita. Que
mueras. Que vivas el arte en el Perú entre chibolos que comen ceviche y lloran
a Chacalón. Que tengas que trabajar de profesor para costearte tu escritura.
Que, sin embargo, ames un mundo la literatura. Que sepas que nada más que
escribir y leer mueven tu sentimiento. Que sigas, aunque te digan de todo. Que
sigas, aunque sepas que aras en el mar. Que mueras y tu cuerpo sea arrojado a
una fosa común. Que mueras y el Ministerio de Cultura no vele por ti. Que tus
amigos quieran salvarte y hagan chanchas para sacarte de la morgue. Y no poder
sacarte. Que tus amigos y la gente del Facebook quieran sacarte de la Morgue y
no poder sacarte. Que se mande cartas al Ministerio de Cultura para sacarte y
no poder sacarte. Que vengan vallejianamente
todos los hombres de la Tierra y al unísono griten “Por favor, vuelve a la
vida” y no poder sacarte, ni revivirte, ni levantarte de la Morgue, ponerte un
traje bonito y velarte entre tus amigos. Que vivas en el país que odia a sus
escritores. Que cargues tus cajas con tus libros con la fe de venderlos para
recuperar tu propia inversión. Que seas un poeta misio en el Perú. Que tu
corazón tenga el sabor de las combis, de los niños tristes, del viento con
smog. Que en el país de la corrupción, la violencia, los presidentes presos,
los marcas, sicarios; apuestes por escribir y hacer cultura. Que ni siquiera te
publiquen porque nadie apuesta por la poesía. Que un editor te diga que la
poesía no vende y edite sus propios libros para venderlos y se enoje porque no
le publicaste una reseña de 350 palabras en tu columna semanal. Que nunca
pierdas la fe. Que sigas escribiendo en tu amado Perú. Que ames, pese a todo,
tu país. Que te duela en el corazón y escribas lo que te duele en el corazón.
Que tu siguiente palabra sea fuego.
*Por
Julio Barco.
**Imagen
de Portada: Obra de Edward Norton
Griffith.
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