Parece que la religión
se ha vuelto una experiencia imposible en la cultura occidental moderna. Y
cuando decimos religión nos referimos a las posibilidades últimas que ésta
otorga al ser humano. La posibilidad máxima está inscrita en el sentido
etimológico de la propia palabra “religión”: religare que es unir o unión, pero
no solo a los individuos (lo cual haría de la religión un simple hecho social),
sino, el reconocimiento de la unidad que existe entre la esencia del ser humano
y lo que llamamos Dios.
El proceso de
desacralización que se ha producido en occidente ha ido borrando esta
posibilidad de la que hablamos. Sin embargo, persiste todavía en lo que se ha
llamado el oriente tradicional, y muy particularmente en la India. Es por eso
que queremos empezar este texto explicando la naturaleza de la experiencia
religiosa.
El estudio de la
religión ha sido un desafío constante para los intelectuales a través del
tiempo, sobre todo para los hombres modernos. Se han dado diversas visiones
tanto desde la psicología, la sociología y la filosofía. Sin embargo, creo que
la mejor perspectiva para abordar el fenómeno religioso es la que nos brinda la
metafísica tradicional, pues ella se alimenta de las propias doctrinas de todas
las tradiciones espirituales existentes.
René Guenón, quizá el
mejor expositor del siglo XX de las doctrinas metafísicas orientales afirmó lo
siguiente:
“Podemos decir que la
Religión consiste esencialmente en la unión del individuo con los estados
superiores de su ser, y, por ello, con el Espíritu Universal”*
Partiendo de esta
definición podemos evidenciar el alejamiento que se ha producido de lo
verdaderamente religioso. Lo que es accidental, es decir, las diversas
condiciones y variantes a la que están sometidas las diversas sociedades ha
hecho perder lo esencial. Por eso el aspecto moral e institucional, que tienen
su justo valor en el terreno correspondiente, acaban teniendo primacía sobre lo
doctrinal y ritual.
Lo que señalamos hasta
ahora lo consideramos necesario, pues este artículo trata sobre la Tradición Hindú, la cual mantiene una
tradición eminentemente religiosa, pero que tiene un alcance espiritual mayor
al que presentan las religiones occidentales en su estado actual. Para afianzar
este punto de vista volvamos a la definición de Guenón a la que podríamos
considerar propiamente hindú:
“La Religión,
subrayémoslo, es la unión con el Sí interior, el cual es él mismo uno con el
Espíritu Universal, y no pretende ligarnos a ningún ser exterior a nosotros, y
forzosamente ilusorio en la medida en que fuera considerado como
exterior"*
Por eso afirmamos que
en la India tradicional persiste lo religioso en las enseñanzas de los swamis y
monjes de las diversas órdenes que se remontan hasta la antigüedad. La
enseñanza principal a la que nos hemos referido: la identidad entre el alma
humana y el absoluto (Brahman). Esta doctrina metafísica se conserva sobretodo
en el Vedanta expuesto hace mucho tiempo por Adi Shankaracharya.
Y podemos agregar como
consideración final que la Tradición Hindú no solo conserva la doctrina sino
también el método. Es decir, los medios mediante los cuales un auténtico
buscador puede llegar a alcanzar al supremo Brahman.
*Articulo "La
Religion y las Religiones" publicado en La Gnose, 1910.
**Por Enrique
V. Paz Castillo.
Extraído
de sabiduriahindu.blogspot
**Imagen
de Portada: “Shiva”
**Imagen
de Portada: Difusión
Creo que esa forma de verla religión de la sociedad occidental ha hecho que el ser humano moderno se sienta infeliz, porque busca felicidad en el exterior, cuando allí no está. A medida que he ido envejeciendo he llegado a encontrar esa unidad conmigo misma y con el universo, me hubiera gustado hallar está verdad cuando era más joven
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