Jamás pensé que una obra sobre Star Wars me generaría tanta nostalgia y también me haría reflexionar sobre los vericuetos más íntimos del corazón. Pero, admitámoslo: "La última mitología. El mundo según Star Wars" (Alpha Decay, 2016) de Cass R. Sunstein es algo más que un concienzudo repaso de la famosa saga. El connotado abogado disecciona la trama de los jedys contra los siths en una epopeya que se sostiene por la búsqueda de redención.
Reconozcamos que el valor de una obra de ciencia ficción no solo se impone gracias a los efectos en 3D, también hay una necesaria operación de pensar los tejidos humanos, de configurar un drama que humaniza la relación con la tecnología. Escritores como Asimov o Dick escribieron sobre el futuro para enfrentar el destino humano a diversos escenarios donde se reflexiona sobre la esencia de su historia, el tiempo, las relaciones ,y los sentimientos son los hilos vitales de los argumentos.
Pongamos el caso de otra obra de cine de ficción famosa, Volver al futuro, donde los diversos tiempos se relacionan para mostrar cómo nace el protagonista y las problemáticas que implica la cuarta dimensión. De fondo, es una película que nos habla de, otra vez, de la relación entre padres e hijos. Así, considero que el valor de la ciencia ficción, más allá de la exuberancia tecnológica, es el de revelar la ciencia de nuestra humanidad.
En ese sentido, para George Lucas el ejercicio de sus trilogías se sostiene en diversos temas: la lucha entre el bien y el mal, el viaje del héroe (aquí una relación con Campbell y su obra El héroe de las mil caras), así como las relaciones de padres e hijos. Sunstein ingresa a la biografía del cineasta: la relación de Lucas con su padre fue complicada, obviamente no tanto como la de Darth Vader y Luke:
Aunque les llevaría años volver a reunirse, Lucas volvió a amistarse con su padre: <<mi padre vivió para ver cómo pasaba de ser un inútil, una persona de "florecimiento tardío", como decía él, a convertirme en una persona de éxito. Yo le di todo lo que cualquier padre espera recibir: que su hijo esté sano y salvo y que sea capaz de hacerse cargo de sí mismo>>.
Así, la épica de la película (láseres verdes y rojos vibrando) se basa en la búsqueda de la liberación del dolor mediante la aceptación. Yo soy tu padre, afirma Vader, y esto nos concierne a todos.
Según Yoda, el dolor puede, como en la tradición budista. redimirse gracias al desapego. Sin embargo, la saga propone el apego como forma de liberación: para liberarse del Lado Oscuro, Darth Vader se recupera a sí mismo y entonces salva a su hijo: recobra el amor, el apego al otro. Y Luke, para evitar volverse un sith, se entrega al amor filial: se encoleriza cuando citan a su hermana y perdona -pese a todo- a su padre. Tras lanzar al Emperador Palpatine al abismo, el líder sombrío le pide verlo directamente a los ojos.
Éste es un momento épico en toda la historia: el perdón, que también es una forma de amor, vence. Sin embargo, Vader ya no resiste más. Tanto amor y no poder nada contra la muerte (dixit Vallejo). El jadeo asfixiante se detiene y entonces aparece un Anakin pálido y agónico, Padre e hijo se observan eternamente. El Lado Oscuro es vencido.
El eximio abogado (asesor de Obama según leí por internet) Sunstein recupera la película como un mito de la liberación de las culpas y la unidad de los vínculos. Así, comprendemos que la mitología, en el sentido de crear una interpretación general de las conductas y formas de vivir humanas, propone un relato épico, así como las epopeyas de La Ilíada o La Odisea, donde el poder y el amor filial también son ejes del relato.
Star Wars es algo más que naves volando vertiginosamente: es -de cerca- la redención del lado oscuro de nuestro propio corazón. Que la fuerza los acompañe.
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Portada de libro "La última mitología. El mundo según Star Wars". Cass R. Sunstein. Alpha Decay. www.alphadecay.org |
*Por Julio Barco.
**Imagen de Portada: Escena icónica de la saga Star Wars. Imagen: Difusión.
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