Debemos aprender a
sonreír; puede parecer insólita la frase, pero si examinamos un poco nuestra
vida actual, veremos con desencanto, que casi ya no sabemos sonreír, nos
estamos olvidando de ese don maravilloso, propio solo del ser humano…
Si tú sabes sonreír, qué
mensajes tan maravillosos puedes dar a los demás…
Esto es fabuloso; no
importa quien la reciba; lo importante es que, al paso raudo del caminar
diario, a la vuelta de una esquina, en segundos, nos hemos comunicado con un
ser humano como nosotros, a través de ese don maravilloso…
¿Has experimentado
alguna vez la satisfacción de comunicarte con tus semejantes, por medio de una
sonrisa?- ¿Has llegado con esa maravillosa expresión, a esa persona que te pide
alguna información? ¿Has sonreído…?
Pensar que con un
simple movimiento voluntario de los labios, podemos dar un momento de alegría,
de fe o esperanza; de iluminar el rostro de alguien…
No hay duda que en la
vida actual, nos estamos mecanizando tanto, que insensiblemente, nos estamos
despersonalizando y por lo mismo, perdiendo nuestros atributos y uno de ellos, el
que nos acerca más a Dios, es el de saber sonreír…
Debemos reflexionar
sobre este don… que se está perdiendo, y en nosotros está, rescatarlo. Parece que
mucha de nuestra sensibilidad se nos ha escapado, tratemos de recuperarla; y
quizás cada uno de nosotros, podemos elegir un día del mes, dedicado a los
demás: Un día para sonreír y agradar;
un día para reparar en aquel niño lustrabotas… en aquella señora… en aquel anciano…
Sería un Día para Sonreír, y poder llegar al
mayor número de seres que tanto necesitan de que alguien les brinde una sonrisa…
Si la sonrisa se
pudiera vender empaquetada, como se venden los caramelos o bombones,
verdaderamente que tendría una gran demanda…
Pero… la sonrisa es
algo innato, y no necesitamos comprarla a ningún precio; nos basta con saber brindarla,
a manos llenas, cuando sea necesario…
Hay que saber vivir con
alegría. Sonriamos, hagamos de la alegría un deber. Sonriamos al mundo y el
mundo nos sonreirá.
Qué bella es la sonrisa,
cuando de los labios fluye la bondad y el amor… ("La Sonrisa" de Hilda Pereda
Alarco). **
“Sonríe.
La sonrisa no se aja, ni se engorda. Nunca la verás cansada. Haz que sea tu
sonrisa la que estire el horizonte cada mañana. Que levante tus párpados como
tan solo el asombro es capaz de hacerlo. No se daña la sonrisa, ni caduca. Ni le
duelen las costillas, ni se arruga.
Cuando
vengan los problemas a buscarte, haz un esfuerzo y sonríe. Tal vez se mueran de
rabia o se vayan. Y si ves llegar la sombra de repente, con la guadaña afilada
y la saliva en los dientes. Con las ansias sobre ascua incandescente, tú
sonríe. Que no hay filo que degüelle la sonrisa.
La pena se rinde siempre si sonríes. Tú sonríe por si el tiempo se jubila y no vuelve a tatuar en ti sus huellas. Que nunca duelen los labios si sonríes. Nunca es desahuciado un beso en la sonrisa. Ni caben malas palabras, ni se dan de sí las prendas, ni se curva la nostalgia hacia el fastidio. No existe mejor sabor en las papilas que la sazón natural de una sonrisa.
Sonríe y que nadie vea que eres frágil. Que no se sepa que lloras, que nadie piense que sufres.
Sonríe y enamora los defectos que la vida trae de serie. Y si se inunda de
lágrimas tu boca, haz como yo, sonríe y las ahogas.”
“Sonríe” - Jordi Hortelano.*
"La tinta
es mi sangre. Mis letras mi voz".
*Extraído
de:
https://www.facebook.com/jordihortelanoescritor
**
Texto de Hilda Pereda Alarco:
Extraído
de:
Antología-
Intelectuales Norteñas del Siglo XX
Páginas:
182 – 183
Autor:
Agrupación de Escritoras Norteñas del
Perú
Editorial:
MPT- 1995
***
Imágenes: Difusión
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