Según su etimología proviene del latín patria que significa padre.
Sebastián de Covarrubias (1611), la
conceptualiza como «La tierra donde uno
ha nacido».
En la L'Encyclopédie (1751 y 1772), Denis
Diderot y Jean le Rond d´Alembert, la definen no solo como el lugar donde se
nace sino como «El estado libre del que
somos miembros y cuyas leyes garantizan nuestras libertades y nuestra felicidad».
Para Juan Pablo Viscardo y Guzmán (1799), «El Nuevo Mundo es nuestra patria, su historia es la nuestra, y en ella es que debemos examinar nuestra situación presente, para determinarnos, por ella, a tomar el partido necesario a la conservación de nuestros derechos propios, y de nuestros sucesores».
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Dibujo: Cortesía de Jhonny Ponte- Libro Cabildo de Truxillo de 1555 |
Inicio de nuestra
historia como Trujillo…
Fue en 1532 que los españoles llegaron a esa parte del continente americano, que era el Imperio de los Incas; con las únicas intenciones de conquistar y enriquecerse.
Lo que sucedió después, es más
que conocido, asesinatos, destrucción, violación, injusticias y sobre todo
hurto, abuso, explotación y abusos que hoy son considerados crímenes de lesa
humanidad. Hubiesen exterminado a toda la población originaria pero necesitaban
gente que trabajara para enriquecerlos.
Truxillo fue fundada en 1534 y oficializada como ciudad, con la instalación de su cabildo (administración de la ciudad) en 1535.
Entre sus habitantes, por el año 1555, estaban los chimús (población originaria, a los que llamaron indios), mestizos (hijos de “indio” con español), criollos (hijos de españoles, nacidos en el virreinato del Perú), gente de raza negra (traídos como esclavos del África, debido al aniquilamiento de la población originaria) y los peninsulares (españoles nacidos en España).
Como es de suponer, según las ordenanzas y reglamentos del Cabildo de Truxillo, los privilegios eran en primer lugar para los españoles peninsulares, luego para los criollos, pero en detrimento de los “negros” e “indios” y con discriminación, abuso y brutalidad de las penas para éstos.
Trujillo, hacia
1820…
Hace más de 200 años, el Perú, era el Virreinato del Perú y estaba dividido en
ocho Intendencias. Una de ellas, que abarcaba casi la tercera parte del
territorio y de la población, era la Intendencia de Trujillo. Esta Intendencia estaba
conformada por ocho Partidos, los cuales eran Cajamarca, Chachapoyas, Chota,
Huamachuco, Lambayeque, Pataz, Piura y Trujillo. Esta Intendencia era próspera, en lo agrícola,
comercial e industrial.
La ciudad de Trujillo era la capital de la Intendencia y fue amurallada para que esté protegida de piratas, filibusteros y corsarios ingleses y franceses.
Dentro de la muralla ,
estaba dividida en cuatro cuarteles o barrios. Cada uno con un alcalde,
encargado de cuidar el aseo y empedrado de las calles y el orden y paz de las
personas que lo habitaban. Se estima que la población en Trujillo en 1820; pasaba los 10000 habitantes. Se dice que
los “nobles” trujillanos eran cordiales, religiosos, ostentosos e inclinados
a lo esplendoroso de la aristocracia.
Entre 1800 y 1810 la vida de los habitantes
de Trujillo discurría entre sus actividades de los Cabildos (concejos
municipales), las funciones religiosas, festejos políticos relacionados con los
principales acontecimientos de España y de Lima, la llegada de los virreyes,
obispos, el temor por la posible llegada de piratas , filibusteros y corsarios,
pleitos entre los nobles funcionarios por ocupar el sitial de privilegio que
les correspondía, la vida educativa polarizada
en el Colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo; con una coyuntura política,
económica, administrativa en la cual Trujillo manifestaba su lealtad a España. Por ello le concedieron
el título de ciudad “noble y leal” a la corona.
Mientras los “nobles“ trujillanos, se
encontraban constantemente en disputas por obtener cargos consistoriales, por
demostrar sus reales servicios, con intención de merecer privilegios de la
Corona o para demostrar su pureza de
sangre, su linaje, su sangre azul en los matrimonios, por probar sus derechos a
ejercer el mayorazgo; las personas de
raza negra, en ese entonces esclavos, y las personas originarias del Perú, en
ese entonces etiquetados despectivamente
como indios; trabajaban de sol a sol, en condiciones infrahumanas; en la
agricultura de las haciendas, en los molinos de caña de azúcar o de granos,
haciendo hervir el sebo en los peroles de las
fábricas de jabón o en el carguío de los productos, en las labores
domésticas, en los obrajes…
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Acuarela de Pancho Fierro |
Los llamados indios, tenían como costumbre
vestirse de negro, mostrado su duelo por el ajusticiamiento de Túpac Amaru (1781) y por la muerte de los
últimos emperadores del Imperio Incaico.
“…No digas tú
peruano.
No vuelvas a
decirlo.
Que la causa fue
criolla o mestiza y no india.
Fue un indio, y no
un mestizo,
quien incendió las
cuestas
de todas las
montañas del Cusco en Vilcabamba.
Fue india la
peruana
que más que el
indio, quiso
hacer del Ande un
Atrio de ofrendas a la patria…”
GARRA INDIA- Estrella Arroyo de Guedes
Cabe acotar que la rebelión de Túpac Amaru
en 1780, supuso la primera propuesta de formación
nacional en el continente, de ahí sus permanentes llamamientos a la
concordia y la unión entre “los españoles
criollos, los mestizos, zambos e indios, por ser todos paisanos y compatriotas,
como nacidos en nuestras tierras… y haber padecido todos igualmente dichas
opresiones y tiranías de los europeos”.
La vida religiosa
en Trujillo,
transcurría llena de compromisos, reglas y protocolos, severamente controlados
por el “enérgico” obispo José Carrión y
Marfil, quien no sólo era paladín de lealtad a la corona, sino también el
cerebro y motor de una potente maquinaria eclesiástica montada en toda su
diócesis para controlar cualquier arrebato o intento de insubordinación y
asegurar así, la fidelidad a la monarquía española.
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Acuarela de Pancho Fierro |
La vida
intelectual, se
desarrollaba únicamente en el colegio Seminario, fundado en 1625, en el cual no
sólo se educaba a la nobleza trujillana
sino la de todas las ciudades y pueblos del norte peruano, que comprendía la
Intendencia de Trujillo.
El sistema educativo fue dogmático y teologal,
dirigido a encauzar a la juventud hacia la vocación eclesiástica (la carrera
más codiciada y de mejores posibilidades de la época) y al predominio de las ideas filosóficas, éticas y políticas concordantes
con la esencia religiosa de la cultura de entonces, monárquica y feudal.
Por supuesto, para ingresar a esa institución
se requería pasar por un riguroso expediente de admisión: solicitud, adjuntando
partidas de bautismo, de matrimonio de los padres, informaciones de testigos
firmadas por notario público, sobre “limpieza de sangre y bondad de vida y costumbres” del pretendiente, más
presentación de un fiador (en caso de no
pagar puntualmente) y; después se consultaba a profesores y alumnos sobre si se
admitía o no al candidato.
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Pintura de José Faustino Sánchez Carrión |
Siguiendo ese proceso, entró a estudiar en 1802, José Faustino Sánchez Carrión;
quien se despidió del Seminario en 1804 para continuar estudios orientados al
sacerdocio, en el Convictorio de San Carlos de Lima.
Sin embargo tuvo como profesor al sacerdote
Toribio Rodríguez de Mendoza, quien realizó una revolución pedagógica,
científica y cultural en el Convictorio;
lo cual influyó en él, cambiando sus inclinaciones hacia los nuevos
conocimientos liberales y declinó su vocación religiosa para estudiar Derecho.
José
Faustino Sánchez Carrión sobresalió por ser excelente estudiante y de
notable talento oratorio.
En 1812 pronunció un discurso por el
segundo aniversario de la Constitución Política de la Monarquía Española,
frente al virrey José Fernando Abascal, un discurso contrario a lo que esperaba
el representante de la corona, destacando los derechos fundamentales del hombre
y de la patria; en un tono de un hombre libre para una sociedad libre, que
había dejado de ser siervo amparado en la nueva Constitución (de 1812), que
reconocía igualdad de derechos entre los peninsulares y criollos.
Independencia de la Intendencia de Trujillo…
El 8
de julio de 1820, el virrey Joaquín de la Pezuela, designó como
Gobernador Intendente interino de la
Intendencia de Trujillo, al Brigadier Marqués de Torre Tagle, Don José Bernardo
Torre Tagle y Portocarrero, quien tenía una formación en el glorioso
Convictorio San Carlos de Lima, recibiendo la influencia del precursor peruano
antes mencionado, el sacerdote chachapoyano Toribio Rodríguez de Mendoza. A su vez, fue diputado en las Cortes de España donde
se relacionó con las ideas liberales.
La Constitución liberal de 1812 fue abolida
en 1814 por Fernando VII, pero
nuevamente restaurada por él mismo en marzo de 1820 a causa de las
rebeliones por el terrible régimen absolutista.
En septiembre del 1820, Trujillo jura y
proclama la restaurada Constitución. Con esto, empezaron a vivir con normas más
liberales que permitió la expansión de los sentimientos patrióticos.
El 8 del mismo mes, José de San Martín llega
a Perú. Desembarcó en Pisco y en octubre, estableció su cuartel general en
Huaura. Desde donde mantuvo comunicación y buen entendimiento con Torre Tagle.
24 de diciembre de
1820
Torre Tagle convocó a una Junta o Cabildo
Abierto en su domicilio, el 24 de diciembre de 1820, donde se acordó realizar de
manera oficial y solemne la proclamación de la independencia el día 29 de ese
mes. Además se acordó enviar sobres con instrucciones a todos los partidos de
la Intendencia para que también proclamaran su independencia en actos públicos.
Se acordó la captura del antes mencionado Obispo Carrión y Marfil; quien el 29
mismo, fue enviado de regreso a España, en un viaje sin retorno.
Se coordinó sobre la confección de la bandera
del nuevo Perú que flamearía a partir del 29; encargo que asumió Micaela Cañete
de Merino. El 28, la bandera artísticamente bordada, fue puesta en exhibición y
bajo guardia de honor. Como no había imprenta en la ciudad, se pegaron carteles manuscritos invitando al
pueblo, el día 29 a las 2 de la tarde a la Plaza Mayor.
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José Bernardo Torre Tagle y Portocarrero |
29 de diciembre de
1820
El intendente Marqués con toda su comitiva se
dirigió a la hora establecida, hacia la Casa Consistorial. El alcalde del
Cabildo, Juan Manuel Cavero y Muñoz, le dio la presidencia e inició la sesión Torre
Tagle con un breve discurso, manifestando el objeto de la reunión y que se
deliberaba si debía o no proclamarse y jurarse la libertad e independencia de la patria.
“Se leyó parte de la correspondencia del General José de San Martín, en que ofrecía la protección de su ejército. Esto se hizo
para alejar temores. Quedando asentado en su respectiva Acta. Firmando primero
el Marqués, después los miembros del Cabildo, y en seguida todos los que
pudieron estar en las Salas de sesiones y corredores.
Proclamada la independencia, el Marqués –
Presidente, expuso que hasta ese momento era la autoridad; mas, se desprendía
de ella, poniéndola en manos del pueblo, para que nombrase a quien tuviese por
conveniente. Pidió se le diese pasaporte para poder pasar a las filas del
Ejército y derramar su sangre en defensa de su patria.
El Cabildo y toda la concurrencia, no admitieron la renuncia; por el
contrario invitaron y suplicaron al Marqués, que continuase con el Gobierno a
nombre de la Patria. Terminada la sesión en las salas de la Municipalidad,
salió el Marqués con el Cabildo, a los balcones. El Marqués Torre Tagle, saludó
al inmenso público, que contestó con estrepitosos vivas y aplausos a la Patria
y al Marqués José Bernardo Torre Tagle.
Hizo señales para que se guardara silencio y
dijo que Acababa de Proclamarse y Jurarse la Independencia; que había dejado el mando en
manos del Cabildo y del Pueblo; mas que
no lo habían aceptado, obligándole a continuar; que el ejército del esclarecido
General San Martín, prestaba su apoyo.
Puso
cuanto había hecho, bajo la protección del cielo, y levantando la voz
cuanto pudo, batiendo el Pabellón
Nacional, dijo:
¡Viva la Patria! ¡Viva
la Independencia!
En el acto, fue arriada la bandera española,
que hasta ese momento flameaba en la casa consistorial. Se elevó en su lugar el Pabellón Nacional hecho por la Sra. Micaela
Cañete. En seguida una salva de artillería saludó a la Patria y al nuevo
Pabellón del Perú Independiente,
El pueblo saludó
con mayor entusiasmo a la Patria y al Marqués Torre Tagle. En todas las torres
de las 13 iglesias, se dio un repique general.”
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Ilustración de Luis Eduardo Cassaro |
El Norte como
fortaleza…
Importancia de la
Independencia de la Intendencia de Trujillo
Al proclamar Trujillo su independencia, Torre Tagle fue ratificado como la primera autoridad política del sistema independiente, para todo el norte peruano; y en ejercicio de tal nuevo poder envió emisarios a todos los Partidos de la Intendencia para que realicen igual pronunciamiento; lo que hacen en enero del 1821.
Se había operado realmente el cambio del régimen colonial al
independiente. Y perduró así hasta la consolidación de la Independencia con
las batallas de Junín y Ayacucho en 1824. El norte peruano fue el único
territorio que se mantuvo independiente, a diferencia de Lima y el sur, donde
lamentablemente siguieron los enfrentamientos con los realistas.
Esta acción del norte, tuvo implicancias
significativas, al sumar las fuerzas, y empoderar la causa libertadora. San
Martín se sintió respaldado… «Sin 29 de diciembre de 1820, no habría 28 de julio
de 1821».
Posteriormente en 1823, cuando todo era
convulsionado en Lima por los enfrentamientos con lo realistas y pugnas en el
Congreso; llegó el Presidente del Perú, José
de la Riva Agüero y proclamó a Trujillo
como la Capital del Perú, el 26 de marzo de 1824. Con el apoyo de los Cabildos del norte, armó
el ejército para enfrentarse a los realistas.
Más adelante, Bolívar instala su Cuartel
General y prepara las tropas con hombres y regimientos de la intendencia de
Trujillo, que luego enfrentarán victoriosamente las batallas de Junín y
Ayacucho en 1824. Al ser la Intendencia de Trujillo, la tercera parte en territorio y población y, con sus recursos
naturales, económicos y humanos; fue un gran apoyo.
El Congreso
Constituyente mediante una Ley el 9 de marzo de 1825, cambió el nombre de
nuestro departamento por el de “La Libertad” en mérito a lo antes mencionado.
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Revista Bicentenario del Perú |
¿Qué es la Patria?
La Patria somos nosotros; los que habitamos
este suelo, los que compartimos sueños de un futuro mejor, los que vamos a pie,
en moto, en transporte urbano o en auto último modelo. Somos todos, todas las
razas, todas las edades, todas las religiones, todas las idiosincrasias, todas
las lenguas, todos los modismos, todos los “dejos”, todas las sangres.
No
importa el color de la piel (esa concepción está en la mente). Somos blancos,
negros, cholos e indios a la vez. Las razas se han mezclado y resultado es la
población presente. Aunque en cada quien prevalezca algunas características de
una raza en particular, también posee características de otras razas. Costeños,
serranos y selváticos; somos peruanos.
“…Cuando me siento
inca, le rindo vasallaje
al sol, que me da
el cetro de su poder real;
cuando me siento
hispano y evoco el coloniaje,
parecen mis
estrofas trompetas de cristal.
Mi fantasía viene
de un abolengo moro;
los andes son de
plata, pero el león, de oro;
y las dos castas
fundo con épico fragor.
La sangre es española
e incaico es el latido;
y de no ser poeta,
quizá yo hubiera sido
un blanco
aventurero o un indio emperador.”
BLASÓN- José Santos Chocano
¿Quiénes somos?
Lo que decidamos ser. Sintámonos orgullosos
de nuestra ciudad, nuestra región, nuestro país; nuestra patria.
Muchos dieron su vida por lograr la
independencia, por liberarse de una tiranía. Empero la tiranía de lo abyecto
continúa. Sólo cambió y sigue cambiando de caretas. Es la eterna rueda, girando
y girando. Doscientos años después, sigue casi igual.
Además nos han contado una historia a medias.
Antes, durante y después de 1820, el pueblo originario del Perú luchó. Los
personajes que se llevan el crédito son los “nobles criollos”, pero el
pueblo, que componían los regimientos, y
muchos hombres y mujeres autóctonos del Perú, hicieron la independencia posible.
Sus nombres no aparecen en los anales de la historia. Lucharon todos juntos, a
pesar, que sólo cambiaron de ente dominador; del yugo de los peninsulares pasaron
al yugo de los criollos (tal vez de ahí deriva la palabra “criollada”).
Empero, mientras que unos “criollos” eran
motivados por intereses particulares, por sentirse discriminados por los
peninsulares, otro grupo si albergaba sentimientos de patria y libertad para
todos los de esta nación.
Aunque las motivaciones personales para
luchar por la independencia, fueran por loables o mezquinas razones; aunque el
dominio, la ignominia, la injusticia y el abuso hayan continuado, a vista y
paciencia de nosotros mismos; desde nuestros antepasados hasta las nuevas
generaciones; siempre estamos a tiempo de decir en palabras y acción: Basta
ya!!!
Alzemos nuestra voz, en las calles pero sobre
todo en las urnas. Seamos responsables y consecuentes. “Si un traidor puede más
que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente” acota la letra de
la canción “Sólo le pido a Dios” de Raúl Alberto Antonio Gieco, conocido como León
Gieco. Emitamos nuestro voto con responsabilidad. La información está a la mano
de quien desea encontrarla.
Doscientos años después de liberarnos del
dominio español, liberémonos del dominio de “un grupo” que no abraza los
ideales de patria, igualdad y libertad; porque esas tres palabras abarcan una
connotación de trascendencia y magnanimidad.
Patria, somos todos los peruanos, con
igualdad de potencial, de capacidad y el derecho inalienable de la libertad.
Libertad para ejercerla con responsabilidad. Igualdad de oportunidades que
debemos exigir. No aceptar ni normalizar las injusticias y la discriminación.
Todos somos “iguales”. Está de más que continúen en nuestra cabeza, ideas que
nos han implantado a gusto y conveniencia de un “grupo mezquino y sin alma”.
Todos somos iguales; hombres y mujeres, cisgénero o transexuales, no binarios,
heterosexuales, homosexuales, bisexuales, cholos, indios, negros, blancos,
chinos, cristianos, hinduistas… ateos, agnósticos, trujillanos, loretanos,
limeños, ayacuchanos… (se extiende hasta peruanos, chilenos, franceses, ingleses...),
con dinero, sin dinero, estudiando, trabajando, con salud, sin salud…
Existen
diversas maneras de expresar nuestro ser; nacemos en diferentes patrias, pero un
ser humano, no puede decirle a otro ser humano que su identidad está mal porque
no es como la de él, o porque tiene una “posición económica” con más “suerte”
que la de él. NO. Todos somos iguales. El ser humano es capaz de lo más ruin
pero también de lo más sublime… Decidamos
de qué somos capaces nosotros. Que echar un vistazo a nuestra historia, nos
motive a valorarla. Valorar los sacrificios de hombres y mujeres que se inmolaron
por sus ideales. Valorarnos a nosotros como individuos, como grupo, como patria.
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Foto: Cortesía: La República |
“Vamos patria a caminar, yo te acompaño.
Yo bajaré los abismos que me digas.
Yo beberé tus cálices amargos.
Yo me quedaré ciego para que tengas ojos.
Yo me quedaré sin voz para que tú cantes.
Yo he de morir para que tú no mueras,
para que emerja un rostro flameando al
horizonte
de cada flor que nazca de mis huesos.
Tiene que ser así, indiscutiblemente.
Ya me cansé de llevar tus lágrimas conmigo.
Ahora quiero caminar contigo, relampagueante.
Acompañarte en tu jornada…
Por ello pido que caminemos juntos…
con el que tenga un corazón para quererte.
Vamos patria a caminar, yo te acompaño”.
- Otto René Castillo
*Por Leslie Paz.
*Bibliografía Consultada:
- Centurión Vallejo, Héctor (1962). La Independencia de Trujillo. Trujillo, Perú. Separata de “Revista Universitaria” N° 21 y 22.
- Centurión Vallejo, Héctor (1975). José Faustino Sánchez Carrión. Caracas, Venezuela. Archivo General de la Nación.
- Fondo Editorial de la MPT (2018). El Tribuno de la República. Trujillo, Perú. Fondo Editorial
- Revista de la Asociación Bicentenario 2021 (2020). Revista Bicentenario. Lima, Perú.
- Traverso Flores, Constante (2018). Cabildo de Truxillo de 1555. Trujillo, Perú.
- Wikipedia.org
*Fuente Oral:
Entrevista a Constante Traverso, Director Ejecutivo de la Comisión de
Bicentenario, de la MPT
Ahora sí podemos cantar , somos libres por el Dios de Jacob.
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