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Hasta cuándo y cuánto más miserable haremos a nuestra Patria si seguimos callando y acatando las infamantes leyes y acciones de los corruptos en el Perú.


Todos en el Perú, con escasas y honrosas excepciones, buscan y encuentran en la política la vía para llegar al poder y hacer, o deshacer, lo que les da la gana. Por ese inefable camino y con riquezas materiales, bien o mal habidas, han copado miles de cargos y consolidado el sistema corrupto más infame de la historia nacional.


En cualquier plano, donde alguien dirija su escrutadora mirada, encontrará corrupción; aunque no, fácilmente, las explicaciones del fenómeno. Tal parece que en esa interdependencia del todo y la parte; es el sistema, en su totalidad, el que está corrupto.


Es evidente que ninguno de los políticos empoderados, tiene idea del rol a cumplir; de que la política es medio y no fin: de que la guía debe estar dirigida a la realización de la sociedad peruana para la conquista y el debido manejo sostenible de la riqueza nacional.


En este inenarrable panorama de un Perú aletargado y soportando el poder de los corruptos, que hacen y deshacen con ley o sin ella, son los trabajadores quienes afrontan la peor parte del desgobierno. El Legislativo y el Ejecutivo, manejan la máquina de la vejación y del atropello indigno.


Nunca la inestabilidad laboral, en la patria, fue más ostensible y promotora de tantos maltratos y abusos como ahora. Quizás tan viles, como aquellos de los tiempos coloniales. Tampoco el desamparo fue promovido de manera tan cruel como ahora en que la mayoría de la clase laboral, estatal y privada, no cuenta con el derecho a la salud y la vida. Tanto en las empresas estatales, como privadas, los contratos se han reducido al de “locación de servicios”. Es decir, el Estado y el empresariado de espaldas al pueblo y sus trabajadores.


Hoy, y como una muestra más del manejo corrupto de los empresarios y gobernantes, damos cuenta del proceso; “Cierre de los diarios La Industria y Satélite” de Empresa editora La Industria de Trujillo S.A., manejado por INDECOPI (Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual).


Proceso que culminó el 12 de noviembre 2024 con la Resolución No. 7648 de la “Comisión de Procedimientos Concursales”, del INDECOPI. En el artículo primero del capítulo IV de la Resolución señala: “Disponer la disolución y liquidación de Empresa Editora La Industria de Trujillo S.A.” y en el artículo segundo, del mismo complementa: “Disponer la publicación en el Boletín Concursal del Indecopi de un extracto de la presente resolución, así como la citación de los acreedores de Empresa Editora La Industria de Trujillo S.A. en liquidación para que se pronuncien exclusivamente sobre la designación del liquidador…”.


Resolución que lleva la firma de la Presidenta, Claudia Lucía Sevillano Chávez y “Con la intervención de los señores Carlos Alberto Rivera Salazar, Javier Guillermo Palomino Sedó y Mario Antonio Zambrano Berendsohn”.


Para tener una mejor idea del evento, el proceso se inició en el primer semestre del año 2024 con la participación activa de funcionarios cercanos a los propietarios de la editora. Se sumaron el Banco de Crédito del Perú BCP (40 %) ; Sunat; las AFP, Integra; Prima; y los Trabajadores y Ex-trabajadores (33 %). Durante todo el proceso los trabajadores mantuvieron su decisión de votar por la reestructuración. En el entendido de que, esta, era la vía más segura de ser debidamente liquidados. Ellos han sido testigos obligados de la conducción deficiente de la empresa y del “desmantelamiento” de máquinas y equipos que los abuelos de los actuales dueños trajeron convirtiendo a La Industria en el primer diario, del Perú, hecho con el sistema Offset Integral. Es decir los activos actuales devaluados no dan el monto para una liquidación efectiva y justa.


Por el contrario, el BCP avalaba la liquidación. Oportunamente señalábamos que los banqueros enlazadas con las aseguradoras y AFPs, pese a no tener prioridad en la cancelación de la deuda, su “pago estaba garantizado”.


Por ello, como no se alcanzó, en el plazo de ley, el 70 % quedó en manos del INDECOPI, para esta decisión del 12 de noviembre. Es decir a los cuatro días de cumplir LA INDUSTRIA, 129 años de existencia.


Y es a partir de esa fecha que los temores del trabajador sobre su acceso al pago liquidador, comenzaron a confirmarse. Como pueden todos comprobar hasta la fecha nuestros diarios siguen apareciendo y están a la venta, así como la publicidad. Que eso era lo que todos, trabajadores de la Industria y Satélite y gente que ama a Trujillo y su historia, deseábamos.


Pero lo reclamábamos como “reestructuración” y para que el dinero que se recaude sirva para ir cancelando paulatinamente la deuda; primero a los sufridos trabajadores que no reciben sus sueldos por meses acumulados. Después, a quienes han sido despedidos en los últimos años sin recibir, hasta la fecha, su pago indemnizatorio. También a quienes poseemos nuestras acciones de inversión, producto de la creación de la Comunidad Industrial por el gobierno de Juan Velasco (1967-1975) y que desde el ejercicio económico de 2016 a la fecha no hemos recibido nuestros dividendos. Es decir los intereses del valor de nuestra cuenta patrimonial que la maneja la empresa.


Sin embargo, lo que actualmente ocurre, es un atentado contra la razón y la justicia. Quienes manejan la noticia, en los diarios La Industria y Satélite de Trujillo, aún no se enteran que esa empresa está en liquidación. Siguen poniendo sus páginas a la venta y son solo ellos y los “camuflados dueños” beneficiarios de este negociado, permitido por INDECOPI.


Hasta cuándo y cuánto más miserable haremos a nuestra Patria si seguimos callando y acatando las infamantes leyes y acciones de los corruptos en el Perú.



*Por Enrique Paz Esquerre.

**Imágenes: Difusión.


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