Sobre la juventud, Bertolt Brecht, decía; que Dios pierde el tiempo en ellos (los jóvenes) y que debería dárnosla a nosotros (los viejos) que ya sabemos qué hacer con ella.
Metáfora brillante, la del escritor y poeta alemán, que contrapone el hilo generacional a través de la sabiduría del tiempo. Ya estaba a punto de convencerme y en eso llegó lo de la vacancia presidencial en el Perú.
Los jóvenes peruanos, hastiados de tanta hipocresía y corrupción, optaron por salir a las calles para exigirle a la clase política un alto a tanta miseria humana.
Era punto de quiebre a la sucesión de hechos que habían acrecentado la pobreza educacional; cívica; cultural; y espiritual de quienes, elegidos o designados, manejan los destinos de nuestra patria.
La reacción de la juventud fue una explícita censura al poder Ejecutivo; Legislativo; Judicial; y TC, al no sentirse representados por ellos. Sienten que el sistema político y administrativo ha sido manchado por la corrupción.
Foto: Cortesía de Matheus Montejo |
Pero los jóvenes, hecho protesta, desfilaron por las calles de todo el país. Con voz potente y armados de carteles en los que podía leerse: “Se metieron con la generación equivocada. Nosotros Sí tenemos memoria”; “Merino usurpador”; “Merino es la pandemia. Protestar es la vacuna”; y “200 años después te volvemos a liberar PERÚ”, entre miles de pancartas izadas todos los días por calles y plazas del territorio nacional.
En esta histórica protesta surgió desde el fondo del alma el coraje, valor y temple de la raza peruana. Ellos se enfrentaron a una fuerza represora armada ignorante de que el reclamo es un derecho y no dádiva.
De la sangre derramada, en estas jornadas, flameó el rojo de nuestra bandera y así heridos jamás callaron. Y la patria se hizo aún más grande, cuando dos de sus hijos entregaron sus vidas por la justicia y la libertad. Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan Pintado Sánchez, son los héroes de las luchas por una democracia de verdad.
Como si los bárbaros e indolentes gobernantes hubieran esperado la muerte de nuestros héroes, recién renunciaron y comenzaron a cambiar algunas reglas de la gobernabilidad.
Hoy, hay un cuarto Presidente, en un mismo periodo. Nuevos Ministros y una generación que no duerme y que ha sido bautizada, como la GENERACIÓN BICENTENARIA.
Y en reconocimiento a los jóvenes que han contribuido a reformar la vida democrática del Perú, el Presidente Francisco Sagasti, anunció que la Beca Presidente de la República ahora se llamará Beca Generación del Bicentenario.
Vale hacer notar la casi nula participación de conocidos políticos y que los jóvenes llegaron como si desde el tiempo captaran el mensaje del patriarca, Manuel Gonzáles Prada, “Los jóvenes a la obra…”, o el cante aquel: “Hoy de pie en el umbral del futuro/ se alza el grito de la libertad/ nuestro lema es un grito del alma/ Antes, antes que todo, el PERÚ”.
epesquerre@gmail.com
Creo que puedo morir en paz, porque está generación tomó la posta, de indignarse ante la injusticia, el oprobio y la desvergüenza de una clase política que vive a espaldas del pueblo y que no le interesa servir a su patria, si no servirse del poder para sus intereses personales o de grupo
ResponderBorrarQueda demostrado como la prensa "mermelera"parapetrada en el poder de turno continúa manipulando la voluntad de la juventud y de la población desinformada.El tiempo es el mejor espejo.....esperemos y comprobaremos mis palabras.
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