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Por años diversos personajes dedican su vida a conseguir y ofrecer los diamantes y perlas de los libros para aquellos lectores que buscan nutrir sus bibliotecas.

                              

Si Lima tuvo su Veguita, Trujillo tiene su Danny, Hernán, Flor, Amparo, Enrique, Maceta y otros, quienes son fuente de esa extensión de la memoria e imaginación -como decía Borges-, aquellos que permiten que el instrumento llamado libro llegue a muchos más lectores.

 

Raras y primeras ediciones, ejemplares con las firmas de políticos y escritores notables, como Ribeyro, Rose y Watanabe son puestos a disposición del ojo escrutador de bibliófilos, jóvenes, estudiantes e incluso autoridades.

 

Desde hace 40 años, en un mar de letras viene navegando Flor de María Ríos Bejarano, quien se dedica a la venta de libros de todo tipo en su tienda ubicada en el jirón Sinchi Roca. Junto a Flor, sus hijos -que tienen un inventario mental para saber la ubicación de cada título- también la acompañan en el negocio de toda una vida.

 

Flor de María Ríos Bejarano. Fotografía: Cortesía de Jaime Mendoza


A metros de la puerta de la Universidad Nacional de Trujillo, una carga peculiar lleva un triciclo bajo el mando de Danny Merino. Cuentos, poesía, bibliografías, textos históricos y demás variedad de libros son ofertados desde hace 17 años. Danny trabaja en las tardes en su triciclo estacionado cerca de la UNT. "Comencé como pasatiempo, como recurso para generar ingresos cuando era universitario. Me siento muy agradecido con este trabajo, tiene el ingrediente constante del amor por los libros, por la lectura", dice Danny.

 

Danny Merino. Fotografía: Cortesía de Paloma Ajena Editores


Una librería rodante que viaje por los pueblos y distritos del país es uno de los sueños de Hernán Valenzuela, el librero referente del centro histórico de la ciudad. Su local, ubicado en la entrada de un antiguo colegio del jirón Independencia, a metros de la plaza de Armas, está abarrotado de literatura y pósters de fútbol, los cuales están envueltos con el sonido de melodiosos huaynos que se reproducen desde un pequeño minicomponente. “La razón de este trabajo es dar un poco de cultura, dar conocimiento al pueblo”, enfatiza Valenzuela, quien vende libros desde los 9 años.

Libros de principio de siglo, textos académicos y algunas rarezas pueden ser adquiridas en la librería de Hernán Valenzuela.

 

Hernán Valenzuela. Fotografía: Cortesía de Jaime Mendoza


Destacan también Amparo, quien trabaja a metros del Mercado Unión; Maceta y Don Enrique, en el pasaje Albarracín; el señor Danilo, a metros de la explaza de Toros. Así como Jorge y Ferchem, quienes ofrecen libros cerca al suelo de la avenida Unión; Aquiles, ubicado por el edificio Servat; y dos anónimos de la avenida Vallejo.

 

 

 

*Por Diego Paz.

*Fotografía de Portada: Difusión

**Publicado originalmente en Diario La República

 


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