Desde los primeros grupos de habitantes sobre la tierra, el ser humano constantemente ha dejado muestras de su interés por representar su entorno, además de embellecerlo.
Evidenciando que el
hombre y la mujer, tienen la necesidad de expresar, representar y moldear el
mundo al cual pertenecen. Y a la vez, es inherente en ellos, vivir en un
entorno armonioso, donde la estética, lo ornamental y lo agradable a la
percepción de sus sentidos, contribuyen a tener una existencia más acogedora,
más diáfana y valiosa.
Son los artesanos y
artesanas, algunos de los personajes que representan el entorno, con arte que
moldea y eterniza situaciones u objetos que narran historias de la vida; la
cual transcurre desde hace milenios y se sigue abriendo paso…
Asimismo, sus obras embellecen
nuestro mundo y pasan a formar parte de la historia personal y colectiva.
Entonces, César
Verástegui Cueva, es un artesano y ebanista, quien vive
una vida dedicada al trabajo con la madera, transformando un pedazo de esta, en
una delicada y bella pieza de arte.
Retablos, balcones,
juguetes, cuadros, juegos de ajedrez, representaciones de guerreros: mochica,
chimú; Tumis, personajes como el Inca y su Colla, la Virgen María, Santa Rosa
de Lima… y más, son las obras de este representante de la artesanía trujillana.
Obras dignas de exhibición
en un Museo de Arte y/o para que embellezcan el lugar de trabajo u hogar de los
que entendiblemente aprecian este hermoso “Arte en Madera”.
Es por su trabajo, que
en diciembre del 2021, participó en Ruraq Maki (Hecho a mano), en su primera
edición descentralizada, donde artesanos de la región mostraron su arte en la
exposición- venta de arte tradicional.
César Verástegui en su participación en Ruraq Maki - Fotografía : Difusión |
César Verástegui conversó con Revista Arquetipo sobre “El Balconcito”, su trabajo con la madera y cómo fue reclutado a las filas del arte, que lo acogió, perfeccionó y permite que sus manos talentosas moldeen arte…
RA:
¿Cuántos años dedicándose a este arte?
Ya cerca de cuarenta y
tantos años. Desde los 18 años. Tengo como 43; 44 años dedicándome a esto.
RA:
¿Cómo se inició en este arte?
Empecé trabajando con
el maestro artesano Oswaldo Ponce Castro, maestro trujillano. Él fue el que me
reclutó, digamos, para dedicarme a este arte. Empezamos con el maestro haciendo
juegos de ajedrez para personas ciegas, en diferentes tamaños. Un tablero especial,
las piezas negras sobresalen y las
blancas son más bajas, las negras tenían un puntito arriba… en esa época los pedían,
luego ya no. Ahora no estoy haciendo juegos de ajedrez, pero he pensado
retomarlo y volver hacer ese trabajo. Son grandes, pequeños, profesionales…
Empezamos en esos años
haciendo eso, luego también hacía portalapiceros, y lapiceros. Recuerdo que íbamos por Virú a
talar los árboles, en ese tiempo no estaba prohibido. De ahí hemos ido
avanzando, haciendo balcones, vasijas, retablos… luego él falleció y me quedé
con el legado.
RA:
Usted no se acercó por estar interesado ¿sino que lo reclutaron?
Yo digo me reclutaron, pero
en realidad fue por necesidad. Porque en esos años yo había terminado la
secundaria y no ingresé a la universidad. Postulé dos veces a la UNT, a Ingeniería
Química, recuerdo. Por motivos económicos ya no se pudo avanzar y busqué
trabajo.
Por necesidad, por
amistades y familiares, conocí al señor Ponce y empecé a trabajar con él, y
poco a poco me fue gustando y gustándome más.
RA: ¿Y no se arrepiente?
No. Porque ahora me
está dando satisfacciones. Gracias a la artesanía he podido lograr tener una
familia, tener dos hijos que me apoyan bastante y que ya son profesionales. Mi
hijo es ingeniero, él es que me ayuda con los diseños, y mi hija mayor es
enfermera.
RA:
¿Y con su trabajo ha podido lograr esto?
Sí, todo con mi trabajo.
Por la artesanía tengo satisfacciones y estamos avanzando. Estoy contento. Por
eso no me arrepiento, me gusta lo que hago, soy feliz.
Tenemos nuestra página
virtual El Balconcito. Estamos tratando
de tener una marca para tener mejores perspectivas.
RA:
¿Cuánto tiempo le toma elaborar una obra en madera? ¿Dependerá del tamaño
seguramente?
Las obras de arte que
hace un artesano, un artista, generalmente, no se mide por los días sino por el
estado en que uno se encuentre. Si uno esta deprimido, con problemas, no se va
a trabajar bien. Sin embargo, si te encuentras en un estado alegre, de buen
ánimo, lo vas a poder hacer bien. De acuerdo
a eso puede demorar 3; 4 días, o una
semana. Y como usted dice, depende del tamaño. Si se hace trabajos a escala o
un trabajo grande, quince días o una semana, depende.
RA: ¿Qué es más trabajoso, hacer algo grande o pequeño?
El más pequeño es más
trabajoso por ser más chiquito, más detalles. Pero en el grande se puede
apreciar más el tallado, la forma. Los trabajo de acuerdo a como me viene el
momento.
RA:
Usted mencionó que trabaja de acuerdo al ánimo que esté. Si está bien trabaja… ¿Y
también sucede al revés, que cuándo trabaja se relaja?
Sí, claro. Es una
manera de disipar las preocupaciones. Te relajas y te pierdes en la obra que
estás haciendo. De repente, es una terapia que te relaja. En realidad el
trabajo te relaja.
RA:
¿Cree que se está perdiendo este arte tradicional?
Somos pocos los
artesanos que trabajamos ahora en la producción. Porque la mayoría de artesanos
ahora se dedican a comprar y vender.
RA:
Van al negocio…
Van al negocio. Quizás
porque el Estado tiene mucho que ver. El Gobierno no te apoya, no te da los
créditos, ni ayudas necesarias para que te puedas levantar. Por ejemplo en mi
caso, si necesito maquinaria, algo; lo consigo haciendo un préstamo, pero hay
colegas que no pueden. Entonces hacen lo que pueden y/o cambian de rubro o se
dedican a comprar productos chinos, le hacen algún cambio y lo venden.
Artesanos tradicionales
que trabajamos así con madera, hay muy pocos.
RA:
Y usted ¿ha reclutado a alguien?
Hay algunos colegas con
quienes nos ayudamos, pero la mayoría no
quiere dedicarse a esto. Lo ven como un pasatiempo, un hobby. No se dedican de
lleno a esto. Se dedican a otras cosas también. Pero en mi caso, me dedico todo
el tiempo.
César Verástegui y su "Arte en madera" - RA |
RA:
Pero para que no se pierda esta tradición se tendría que transmitir a otras
generaciones…
Por ahora solo me
dedico a producir. Antes de la pandemia estábamos con unos colegas aquí en la
institución (Liga de Artesanos), organizándonos para poder dar clases pero con
la pandemia se perdió. Ahora estoy
tratando nuevamente de tener todo un sistema…
Para enseñar hay que
tener todo un sistema; maquinaria, herramientas, materiales para poder enseñarles
a los alumnos. No se trata de decir vamos hacer esto y ya está. Hay que enseñarles
desde cómo comprar la madera, cómo cortarla, cómo cepillarla, cómo lijarla,
cómo marcarla, tallarla… No es cuestión de decir voy a enseñarle a alguien y ya.
RA:
Y ¿Cuánto tiempo en "La Liga de Artesanos"?
Muchos años. Soy socio
acá. En la Liga de Artesanos se
dictan cursos variados y en corto tiempo. También hay exposición y venta de
artesanía y materiales.
RA:
¿Qué significa ser artesano para usted?
Ser artesano es tener
una creatividad y tener en las manos la fineza de poder trabajar y crear algo
con las manos. Plasmar lo que tienes en tu cabeza en la madera. Es arte, hay
que trabajarlo con toda la dedicación, todo cariño y todo gusto porque si no,
no te va a salir ningún trabajo bien.
RA:
¿Hay que ser dibujante también?
Claro. Hay que dibujar
primero y el diseño es importante y es todo un proceso. Por ejemplo, estos
trabajos son Mochica y estos Chimú…
Como marca, tratamos de
matizar ambas culturas. Ver una imagen, hacer el diseño y crear el arte. La iconografía
mochica es muy amplia…
También he trabajado pirograbados
de la cultura Mochica y Chimú. He hecho de la cultura Moche bastantes trabajos
con pirograbados. Y los tradicionales balcones coloniales, Santa Rosa de Lima…
La idea es que
prevalezca la cultura nacional pero sobre todo nuestra identidad regional. Por
eso hay trabajos de las culturas Mochica, Chimú que se desarrollaron acá en el
norte.
RA: ¿Cuáles serían las cualidades que caracterizan a un artesano?
Primero tiene que gustarle, porque la habilidad
en las manos todos las tenemos, pero hay que canalizarlas. Unos son hábiles
para pintar, dibujar, tocar instrumentos musicales, pero en el caso de la
madera hay que tener la habilidad para
ver de qué lado va la madera, de qué lado se corta… Bastante paciencia también, a veces hay que unir
piezas pequeñitas, una por una. Por eso debe gustarle, tener habilidad,
creatividad y paciencia.
RA:
¿Cómo se siente usted respecto al trabajo que realiza?
Uf, feliz. Feliz,
contento. Me gusta lo que hago. Uno se siente lleno, se siente conforme, en mi
caso, conforme, feliz, satisfecho con lo que hago.
RA:
¿Se puede vivir del arte?
Sí. Claro. Yo me dedico
a eso. Vivo de eso. No me puedo quejar. Ha habido momentos difíciles. Uno de ellos
la pandemia, y otros momentos también.
En la pandemia ha
habido momentos terribles, que no había nada que hacer. Muchos de mis
compañeros se han tenido que dedicar a otras cosas. Pero, en el caso de
nosotros, en la pandemia, hemos sufrido bastante y bueno, gracias a Dios hemos
podido sobrevivir.
Amigos nos han apoyado.
La familia nos ha apoyado. El gobierno, en algunos casos, no como debería ser,
pero, bueno. A mí lo que me llegó fue un préstamo de Reactiva Perú, un préstamo
que debo devolver. Pero después, realmente el gobierno está en deuda con
nosotros los artesanos.
RA:
¿Cómo fue la experiencia en su participación en Ruraq Maki en diciembre del
2021?
Fue una experiencia
bonita, porque fue la primera vez que participé. Me invitaron a participar.
Pudimos relacionarnos
con otros artesanos de la región. Conversar sobre nuestros trabajos, sobre
similitudes en la dedicación a pesar de tener diferentes trabajos en la
artesanía.
Ruraq Maki 2021- La Libertad. Imagen Difusión |
RA:
Realizar esta labor ¿le ayuda en su crecimiento personal? ¿Aprende a ser más
paciente, apreciar más las cosas…?
Por supuesto. Al conversar
con otras personas nos nutrimos y nos enriquece como personas. Y en el trabajo,
aprendes a apreciar más las cosas.
A las personas con las
que tratas las ves de otra manera. Porque dices, si al hacer un trabajo tienes
tanta paciencia, a la gente hay que tratarla igual. Y con la misma paciencia
que uno tiene para hacer los trabajos, igual se tiene paciencia al tratar a la
gente.
Te sensibilizas más. Tienes
arte en las manos y es como que te cambiara la forma de ver la vida. La ves de
otro ángulo diferente. Así es.
RA:
Gracias por la Entrevista, pero sobre todo, gracias por su dedicación. Usted está
feliz de crear “Arte en madera”; y quienes admiramos sus obras, también.
***
Se puede apreciar el
trabajo de don César Verástegui Cueva en la Liga
de Artesanos del Perú - Trujillo, ubicada en Jr. Colón N° 423, Stand # 16,
Centro Histórico. También en su fan page “El
Balconcito Artesanías” (www.facebook.com/elbalconcitoartesanias),
donde coloca algunas imágenes de su “Arte en Madera”.
Qué haría la comunidad
sin personajes como César Verástegui, que transmiten la esencia de lo qué es el
arte. Su presencia es imprescindible para representar, motivar, sensibilizar, colorear,
engrandecer y transformar, en más bello,
nuestro mundo.
*Entrevista
por Leslie Paz.
*Fotografías:
de Revista Arquetipo.
Agradezco por la entrevista al equipo de Arquetipo, y por difundir mi trabajo que vengo realizando en pro de la cultura liberteña
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