¿Qué estoy haciendo?
Sencillamente, me dejo llevar por la fragancia que destila la poesía creada desde
el alma. Porque la poesía es la voz del universo que te invita a detenerte un
instante para apreciar tu riqueza
interior y exterior. Por lo tanto, su voz es mi voz, su sonido es mi sonido, su
silencio es mi silencio, su calma es mi calma, su furia es mi furia, su lamento
mi lamento, su protesta mi protesta, su reflexión mi reflexión y sus versos mis
versos…
“¿Qué estoy haciendo?
(¿Imatataq ruwani?)” De Dida Aguirre García (Huancavelica),
“Te busco” de Marleni Carranza
Sandoval (Trujillo), “Nuestros archivos”
de Ana Varela Tafur (Iquitos), “Para ti
mujer… escribo” de Margarita Carrete de Tafur (Piura), y “Canción del alacrán” de Denisse Vega
Farfán (Chimbote); son poemas de Poetisas, representantes de diferentes
regiones del país, quienes nos obsequian sus versos, su voz…
¿Qué
estoy haciendo?(1)
Padre
mío, padre
madre
mía, madre
¿qué
nombre
tiene
esta mi vida
vida
pasajera vidaylla?
¿qué
estoy haciendo
en
este pueblo,
forastera
sin ayllu?
del
tamaño
de un piojo
del
tamaño
de una pulga
¿con
un hombre?
cuando
ví mis huellas
de
piedras
y espinas
por
el camino,
solita
aparecí.
Y
cuando
cayó
la noche
en
el horizonte
ví
mis manos,
sin
padre
sin madre
huérfana,
pobre
estaba
cantando
con
el
corazón
aguando
sangre,
¿y
qué
estoy haciendo
del
tamaño
de
un piojo
del
tamaño
de
una pulga
con
un
hombre
en
este
pueblo,
sin ayllu?
Padre
mío, padre
madre
mía, madre
¡sálvame!
¿Imatataq
ruwani?
(¿Qué
estoy haciendo?)
Mamallay
mama
taytallay
tayta
¿ima
sutiyuqtaq
kay
vidallay
vida
vida
pasajera
vidalla?
imatataq
ruwani
kay
runap
llaqtampi
¿piki
sayay
usa
sayay runawan?
yupiyta
qawaykuptiyqa
rumi,
rumi,
kichka
kichka
ñamchapi
sapachallay
rikuriruni
tuta
seqaykuptinñataq
makiyta
qawaykuni
mana
mamayuq
mana
taytayuq
wakcha
tatikuchkasqani
yawar
yakuchkaq
soquywan
¿imatataq
ruwani
kay
runap
llaqtampi
piki
sayay
usa
sayay runawan?
Dida Aguirre García.
Huancavelica,
Perú.
***
Te
busco (2)
[A Carmen del Pilar Sepúlveda
Te busco en las tinieblas
del
límpido espejo
de las aguas.
Te busco en las verdes hojas
Te
busco en el silencio
de
apacible palabra
cual
fulgurante rayo
estalla
en el inconforme rostro
del
mendigo.
Te
busco en las ardientes ondinas
de
celestinos crepúsculos,
bullentes
del cálido
canto
del recuerdo.
Te
busco en la famélica sonrisa
del
envejecido infante
cual
agonizante estrella
ausculta
insomne al destino.
Te
busco …
en
el placer de la miseria,
en
el fecundo océano de la nada,
en
la dolorosa sonrisa del ayer y
en
la incierta alegría del mañana.
TE
BUSCO EN EL TODO
Y
EN LA NADA.
Marleni
Carranza Sandoval.
Trujillo, Perú.
***
Nuestros
archivos (3)
Nuestros
archivos guardados en la memoria
eran
en verdad intensos caminos de las estaciones y los días.
Todo
semejante a la serenidad del sol
y
a las luces que descifran sombras en la oscuridad.
Nuestros
pies, como los venados,
ágiles
entre los montes,
corrían
desde caminos calcinados por los relámpagos.
Fue
así, que emprendimos la marcha de los astros,
y
los astros nos conducían en estrellas venideras
hacia
mejores destinos que los puertos lejanos.
Y
en cielos de fuego,
fuimos
soplo de distancias aventadas por las orillas.
Entonces
abrimos trochas sin cansarnos,
sin
cansar nuestros pies de arcilla y espuma,
de
arenas limpias y puertos prometidos.
El
Marañón corría con nosotros y sus altos prodigios
eran
vastas corrientes que asombrados recorríamos.
Y
surcando o bajando las aguas
en
los requiebros de la madrugada
nuestra
memoria era designio de profundidades
y
de playas enterradas en las crecientes.
A
eso le llamamos sabiduría guardada
en
los archivos
de
la luna.
Ana
Varela Tafur.
Iquitos, Perú.
***
Para
ti mujer… escribo (4)
Escribo
para ti mujer
mujer
de mil ropajes
mujer
joven o vieja
de
esta dura tierra.
Escribo
para ti
sin
saber cómo eres
hoy
hablo para decirte
que
no aceptes tu suerte.
¡Escúchame
ahora!
obrera
de los tiempos
si
hoy borras tu sonrisa
a
cambio de tristeza
no
hay vida mala o buena
ni
infiernos tan temidos
ni
paraísos soñados
la
vida es una sola,
la
vida se conjuga
de
dolor y alegría
la
vida mujer hay que amasarla,
¡Con
nuestras propias manos!
¡Basta
ya mujer!
de
dolores callados
despierta,
anda y ve
que
hay tiempos no sembrados.
¡Basta
ya mujer!
arroja
tu alma esclava
de
los prejuicios vanos.
¡Mira
el sol como brilla
no
te tapes los ojos
al
resplandor del día.
Mujer
del siglo XX
que
luchas, trabajas y amas,
descubre
y aprovecha los caminos
recoge
las mañanas,
entierra
los silencios
desátate
las manos,
rompe
ya esas cadenas
que
la vida es empinada
y
ha fuerza de subirla
se
hace mejor vida.
Margarita
Carrete de Tafur.
Chulucanas,
Piura, Perú.
***
Canción
del alacrán (5)
(o
desde la periferia)
Una
llanura a plena luz desde los cielos,
ideal
para el festín de artrópodos
y
todo lo que se arrastra sin nombre.
Si
descendemos un poco más:
oleajes
de arena
rompiendo
contra la afonía
de
nuestro entendimiento.
Pero
se hace de noche y, de pronto, el erial
es
un campo de innumerables luces
brillando
con la resistencia de lo que lucha
por
no ser fulminado al amanecer.
Microcosmos
palpitan
bajo
fortines de esteras
y
plástico
Soy
un alacrán
e
impero sobre la arena.
Aquí
donde
el despellejado orfeón de la ciudad
no
me alcanza
pero
otros incendios me sitian.
Monarca
del sol más temible
sin
derecho a los prismas del agua
y
de un frío tullidor
capaz
de confundirme con la rigidez de las piedras
que
pugnan por mantener en pie las paredes de esparto
que
encallan mi casa.
Fui
arrojado a esta negra estepa
donde
ni los abrojos germinan.
Soy
un veneno amenazante
a
la euforia de los mandos.
No
debería haber sobrevivido a la siguiente estación,
Pero
aquí sigo,
un
alacrán fluoresciendo
en
la oscuridad
Soy
un alacrán
y
resplandezco en la noche.
Cuando
más tiznada
mayor
mi fluorescencia.
Por
el desierto voy
señalando
mis dominios de polvo
ante
la reluciente vaciedad de los astros.
No
hay destino.
A
donde mire
es
la misma frontera salina
con
la ilusión de un mensaje doblado
en
alguna alta nota del viento
que
me derriba con la misma furia
con
la que me levanta.
Ahí,
en la contradicción,
danzo,
hundo
mi aguijón,
fluye
este veneno
que
es mi virtud
y
te paraliza.
Cierto
es que no estoy solo,
innúmeros
alacranes se dispersan por esta planicie
como
por los resumideros del mundo.
Un
mecanismo con el que confían
hacernos
invisibles.
Mas
mírennos desde la cabina de un avión:
¡cómo
embellecemos el mapa con nuestras fúlgidas miserias!
Escuchen
esta austera música
que
en lo precario ha aprendido a sonar,
a
hacer címbalos
de
lo que desechan las ciudades.
Temibles
somos
con
nuestra hambre obsena
que
no nos preocupamos en disimular.
Y
en vez de morir
nos
multiplicamos,
estiramos
las lindes
de
lo que se resiste a transformarse.
Porque
elástica es la Tierra
para
sus criaturas
y
alrededor de la misma sed
gravitamos.
Denisse
Vega Farfán.
Chimbote, Perú.
------------
*Imagen de Portada: Óleo
de Natalya Lizárraga.
Difusión.
(1)
“¿Qué estoy haciendo?” De Dida Aguirre
García
Extraído de: Qaparikuy
(Grito). Página 47 – 49. Dida Aguirre García. Pakarina Ediciones.
(2)
“Te busco” de Marleni Carranza
Sandoval.
Extraído de: elriohablador.wordpress.com
(3)
“Nuestros archivos” de Ana Varela Tafur
Extraído de:
comandoplath.com
(4)
“Para ti mujer… escribo” de Margarita
Carrete de Tafur
Extraído de: Antología- Intelectuales Norteñas del Siglo XX. Página:
26. Agrupación de Escritoras Norteñas
del Perú. Editorial: MPT- 1995
(5)
“Canción del alacrán” de Denisse
Vega Farfán
Extraído de: facebook.com/denisse.v.farfan
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