La inteligencia
artificial (IA) es un conjunto de tecnologías que permite que las computadoras
realicen una variedad de funciones avanzadas como la capacidad de ver,
comprender y traducir lenguaje hablado y escrito, analizar datos, hacer
recomendaciones, entre otras.
Leandro Mariátegui,
Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad
Tecnológica del Perú (UTP), explica que se trata de una rama del estudio y la investigación informática que busca formas de
imitar el funcionamiento de las neuronas humanas en las máquinas y la
resolución de diversos problemas, basándose en el comportamiento humano.
“Para ello, utiliza mecanismos matemáticos y lógicos, generando, incluso, la
capacidad de “aprendizaje” en función de la información recibida”, indica. Él
comparte cinco beneficios de la IA en las industrias:
-Productividad: En la
industria, además de aumentar el rendimiento a nivel de maquinaria, la IA
permite que se incremente la productividad de los colaboradores y la calidad
del trabajo que realizan, ya que, al poder obtener mayor información, tienen
una visión más focalizada y toman mejores decisiones.
-Optimización de
procesos: La IA ofrece amplias posibilidades de optimizar los procesos de los
negocios, debido a que cuenta con aplicaciones para mejorar la productividad,
la seguridad e incrementar la velocidad de los flujos de trabajo. Además, al
ser capaz de analizar grandes cantidades de datos en menor tiempo que los seres
humanos, permite tomar decisiones fundamentadas con más celeridad.
-Protección: Es
importante señalar que un error común es confundir la robótica con la IA.
Mientras que la primera trabaja con el hardware, la segunda lo hace con el
software que dirigirá dicho hardware. Sin embargo, la combinación de ambas
permite optimizar y automatizar los procesos industriales. Gracias a esto
último, se evita que las personas realicen trabajos tediosos, que signifiquen
riesgos para la vida o la salud, ya que puede implicar exponerse a condiciones
extremas de trabajo como frío o calor, así como el exceso de esfuerzo físico.
-Automatización: Se
pueden automatizar procesos administrativos y comerciales. Es muy común que
muchas empresas usen en sus áreas de servicio al cliente chatbots, generando
una cobertura de atención de 24 horas, sin tener que contar con una gran
cantidad de personas en sus call centers, o que utilicen aplicativos para que
los clientes hagan sus pedidos directamente.
-Control: La IA
contribuye a que los procesos logísticos y de almacenaje se manejen de forma
automática, teniendo un mejor control de existencias y reposición de las
mismas, evitando pérdidas por diferencias de inventario y roturas de stock.
“En resumen, gracias a
este desarrollo tecnológico, los equipos industriales son adaptativos y pueden
realizar de manera automatizada todo tipo de procesos complejos, manejando con
suma eficiencia áreas como la logística, el picking, el embalaje, el transporte
y el diseño de rutas óptimas por su cuenta”, comenta el Decano de la UTP.
Finalmente, Leandro
Mariátegui destaca que estas eficiencias se traducen en menores costos, por lo
tanto, “los productos y los servicios llegarían a los consumidores a mejores
precios, generando bienestar en la comunidad”.
En todo caso la IA
generativa está aprendiendo, corrigiéndose. Sigue evolucionando…
*Cortesía de la UTP.
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