No solo los cigarrillos
son peligrosos para la salud humana, por el cual en el Perú se enferman más de
125 000 personas al año, sino también los son las colillas. En el 2022, en
Perú, los fumadores desecharon 4.8 millones de colillas, de los cuales el 85 %
fueron arrojados al medio ambiente.
Durante el evento Perú
libre sin tabaco y nicotina, organizado por la COLAT (Comisión Nacional de
Lucha Antitabática), el pasado 31 de mayo, el abogado Erick García Cerrón,
vocal del Tribunal de Solución de Controversias Ambientales, indicó que cuando
se arrojan las colillas y estas entran en contacto con el sol y la humedad no
solo se liberan sustancias tóxicas como la nicotina, arsénico, plomo y metales
pesados, sino también el plástico del cual están hechas, por lo cual no
deberían acabar de ninguna manera en el medio ambiente.
Se estima que 5.6
trillones de cigarrillos se fabrican anualmente en todo el mundo. Estudios de
la Organización Mundial de la Salud revelan que es el cigarrillo, y no el
plástico, el principal agente contaminador de las playas y océanos y el segundo
más abundante en ríos y embalses por sus residuos tóxicos.
En nuestro país, la
Asociación HAZla por tu playa reveló que entre el 2018 y 2022 recogieron de
diferentes playas, ríos, humedales y otros ecosistemas acuáticos de 18 regiones,
102 572 colillas de cigarrillos. En el 2018 fueron 10 365 colillas, 22 606 en
el 2019 y 35 124 en el 2020, se lee en su portal.
El ambientalista afirmó
que los desechos de los cigarros
contienen más de 7 000 sustancias químicas tóxicas, que al llegar a los
ríos pueden contaminar hasta 50 litros de agua potable, afectando a las
personas, animales y plantas.
Estudios realizados por
investigadores encontraron que la presencia de colillas en el suelo reduce el
éxito de la germinación y la longitud del brote (la longitud del tallo) del
trébol en un 27 % y 28 % respectivamente, mientras que la biomasa de las raíces
(peso de la raíz) se reduce en un 57 %.
El abogado Erick García
señaló que las colillas de cigarro están elaboradas con un derivado de petróleo
llamado acetato de celulosa, un material no biodegradable que puede tardar cerca de 10 años en
descomponerse. “Se ha visto que los filtros mientras se degradan, se
descomponen en pequeños trozos de plástico, llamados microplásticos, que son
fácilmente consumidos por aves y peces”, afirmó durante su exposición.
Finalmente, dijo que el
proyecto de ley de la congresista Camones para el control del tabaco y la
nicotina, que se encuentra actualmente en la Comisión de Economía y de Defensa
de Consumidor del Parlamento, debe contemplar acciones para recabar información
sobre la cadena productiva, la fabricación y el control del posconsumo,
disponiendo un manejo especial para las colillas de cigarros y los desechos
(cartuchos) de los vapeadores. “Esto último estaría a cargo de las
municipalidades con el apoyo del Ministerio del Ambiente”.
*Cortesía de la Comisión Nacional de Lucha Antitabática (COLAT).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario