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Son muchas las problemáticas que emergen como parte del convivir en una sociedad cargada de estereotipos, intolerante de las diferencias, incapaz de la auto-reflexión, que además promueve y reproduce conductas dañinas, prejuiciosas que lejos de contribuir a la evolución del ser humano, lo alejan de ella.

 

Dentro de estas problemáticas, tenemos la que enfrenta la población LGBTIQ+ quienes se encuentran en estado de vulnerabilidad al ser víctimas constantes de discriminación, vulneración de sus derechos fundamentales y crímenes de odio.

 

En los Informes Anuales sobre los Derechos Humanos de Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer… (LGBTIQ+) se expresan las estadísticas sobre la vulneración de sus derechos y los casos de discriminación, violencia y crímenes de odio de los que son víctimas esta población. Víctimas en muchos casos de su misma familia, de la sociedad y del Estado.

 

En el “Diagnóstico de la Situación de Personas LGBTIQ en el Perú” del 2016 investigación publicada por el Colectivo No tengo Miedo revela que de las personas encuestadas, sufrieron violencia: el 47,7 % por terceros, 35,7 % por la familia, 35,5 % por compañeros(as)(es), 30,2 % por amigos(as)(es), 23,9 % por guías religiosos(as), 21,3 % por la policía o serenazgo, 21,0 % por otros familiares, 20,3 % por educadores, 12,2 % por familia de la pareja, 12,2 % por personas LGBTIQ+, 10,3 % por un(a) jefe(a), 10,2 % por una ex pareja, 9,9 % por médicos(as), y 7,3 % por psicólogos(as).

 

Según la Primera Encuesta Virtual para Personas LGBTI 2017 realizada por el INEI, y publicada recientemente, se da a conocer que en el país el 56,5 % siente temor de expresar su orientación sexual. Entre los principales motivos tenemos que el 72,5 % teme ser discriminado y /o agredido; el 51,5 % teme perder a su familia; 44, 7 % teme perder su trabajo u otras oportunidades laborales y el 33,2 % siente el temor de expresar su orientación sexual y no ser aceptado por sus amigos.

 

Cortesía del INEI

Otra fuente de información es el Informe Anual sobre la Situación de los Derechos Humanos de las personas LGBTI en el Perú 2020 por PROMSEX (Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos); teniendo como fuente el Informe anual del Observatorio de Derechos Humanos LGTB 2019, evidenciaron las estadísticas sobre la vulneración de derechos durante el 2019, donde el 19 % sufrió violencia física, 12 % asesinatos, 13 % acoso, 18 % discriminación por parte del Estado, 13 % discriminación en instancias privadas, 9 % discriminación personal, 6 % delito en función policial y 10 % otros tipos de vulneración de sus derechos.

 

Cortesía de promsex.org

Cortesía de promsex.org

La Constitución expresa claramente en su Artículo 1° la “defensa de la persona humana...”; nótese que menciona “persona humana”, es decir, incluye a todas las personas sin excepción. Y en el Artículo 2° sobre los derechos fundamentales de la persona, incisos 1 y 2 se declara el derecho a “su identidad, a su integridad moral, física…” y la no discriminación “por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica y de cualquier otra índole”, respectivamente.

 

El Estado no está cumpliendo, como cita la Constitución, con su fin supremo de “defensa y respeto de la persona humana y el respeto de su dignidad”, no se legislan leyes que velen por los derechos de la población LGBTIQ+, y los pocos proyectos de ley que se presentan no han pasado de las comisiones y nunca llegaron al Pleno del Congreso, lo cual tampoco garantizaba nada.


Se necesitan leyes  acerca de la identidad de género, el matrimonio igualitario y sobre los crímenes de odio. Y posteriormente, que se esas leyes se cumplan.

 

Si bien la ciencia ha sustentado teorías y conceptos y a partir de ahí ha dado pie a una educación impartida donde se ha enseñado y perennizado estereotipos acerca del género y acerca de la orientación sexual; y continúa haciéndolo, presuntamente porque se ha considerado como lo normal; y la religión, sustenta lo mismo con argumentos o más preciso sería acotar, con más de una falacia como de la falsa dicotomía, de pista falsa y más argumentos falaces.

 

Valdría la pena analizar, revisar y recordar que la Iglesia tuvo años atrás gran poder y dominio sobre lo que se validaba o no. Obviamente, la ciencia se abrió paso y/o se sigue abriendo paso…


La realidad es perceptible a los sentidos. Existen “personas” con diferentes características. Y eso está bien, ¿o no? Todas las “personas” tienen el derecho a Existir y a Ser. La población LGBTIQ+ no está agrediendo a las demás “personas” con eso, excepto a estereotipos que se han enseñado, normalizado y tratado de perennizar.

 

Lo transmitido, aprendido en ese aspecto solo ha tratado de mantener en la sombra a una población que siempre ha existido y que afortunadamente se cansó de estar oculta y de negar lo que son. Población que está en una continua lucha. Esta lucha en muchos casos también es consigo mismo, pues es difícil aceptarse cuando sistemáticamente lo aprendido te dijo y dice que no existes y de ser así serás señalado, no aceptado y te enfrentarás a un entorno hostil, sin leyes que te protejan, y serás víctima en mayor o menor grado de LGBTIQfobia.

 

Sería dable hacer uso de la capacidad de análisis y reflexión. Con ello probablemente se evidenciaría que hay que evaluar lo aprendido, cuestionar y someterlo a juicio. Entonces, tal vez lleguemos a desaprender para aprender. Y con ello, el Estado, la sociedad y la población que no es LGBTIQ+, deje de ser cómplice de la injustica y la impiedad, por acción u omisión; y al contrario, valore y respete a las personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ porque además de ser su derecho no merecen vivir situaciones o circunstancias donde son vulnerados.

 


*Por Leslie Paz.                       

**Imagen de Portada: promsex,org

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