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Tregua de Navidad


Uno de los acontecimientos más sangrientos de la historia, fue la primera guerra mundial, entre los países de Francia, Inglaterra, Rusia, Italia, EEUU y Japón contra Alemania, Austria-Hungría y Bulgaria. Empezando el 28 de julio de 1914 y terminando cuando Alemania firmó el Armisticio de Compiegne  el 11 de noviembre de 1918.

Los soldados pasaban semanas tras semanas metidos en esos agujeros bajo tierra llamados trincheras, tenían hambre y frío. Eran unas condiciones extremadamente difíciles, solo esperaban el momento idóneo para atacar.

Pero sucedió algo increíble e insólito en vísperas de navidad de 1914 en medio de la guerra. Un hecho que duró poco, pero quedo para siempre en la memoria de la historia.

La navidad logró algo mágico; detuvo la guerra por un instante; hubo una tregua entre ambos bandos. Los alemanes empezaron a decorar sus trincheras simulando arreglos de navidad y cantando villancicos como Noche de Paz. Asimismo los británicos después de la confusión que sentían por lo que estaban escuchando y viendo, empezaron a responderles cantando  villancicos en inglés.

Los soldados de ambos bandos salieron de sus trincheras para unirse con sus enemigos. Una dulce paz llenó aquella noche los corazones de los soldados. Acordaron recuperar cuerpos de compañeros caídos para darles sepulturas dignas, intercambiaron regalos y jugaron un partido de fútbol.

Tregua de Navidad


Un soldado escribió “Primero los alemanes cantaban uno de sus villancicos y luego nosotros cantábamos uno de los nuestros […] Pensé que era algo realmente extraordinario: dos naciones juntas cantando el mismo villancico en mitad de una guerra”. Era la carta del soldado británico Graham Williams.

«Querida madre, te escribo desde las trincheras. Estoy fumándome una pipa. Pero espera, en la pipa hay tabaco alemán. Te lo habrás encontrado, dirás. ¡Qué va, me lo dio un soldado alemán! Ayer los británicos y los alemanes nos juntamos en la tierra de nadie, nos dimos la mano, intercambiamos regalos. Sí, fue un verdadero día de Navidad, como te lo cuento. Maravilloso, ¿no crees?» esta carta fue escrita por Henry Williamson, un soldado de 19 años. Le escribió a su madre el 26 de diciembre de 1914.

Aquella tregua de Navidad que iluminó los corazones de los soldados, duró poco en una guerra dolorosa y terrible. Después las autoridades de ambos frentes prohibieron y pusieron castigos a toda muestra de confraternización, para que no se repitiera lo sucedido.

Aunque fue un momento de iluminación fugaz, no deja de ser algo milagroso. En un contexto tan absurdo e incomprensible como una guerra, donde seres humanos son arrastrados a pelear y quitarle la vida a otros seres humanos.


 *Fuentes Consultadas:

  • es.wikipedia.org
  • Atrapados en el tiempo- You Tube
  • SaimsBoy – You Tube

 

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