En el Perú, se
conmemora el Día de la Medicina Peruana,
para homenajear a los profesionales de la salud, quienes ponen alma, corazón y
vida en una de las profesiones u ocupaciones más nobles y magnánimas; por la
cual pueden atender, tratar, y curar enfermedades, pero sobre todo salvar vidas.
Es un homenaje a los “buenos”
Médicos. A esos hombres y mujeres que en esta pandemia del covid-19 han salido
al frente desde un inicio. Con incertidumbre, temor, con carencias logísticas, empero
con decisión, entrega, valentía y convicción lo han dado todo. En algunas
situaciones han perecido en la acción. Son los héroes y heroínas que merecen
gratitud y reconocimiento por parte de todos los peruanos y peruanas.
Sin embargo, esta fecha
conmemorativa (05 de octubre), surge también en homenaje a un acto heroico y sacrificado que
aconteció en el año 1885; en el cual, un joven estudiante de medicina, el
notable Daniel Alcides Carrión, se inoculó sangre contaminada de la bacteria Bartonella
bacilliformis para
contraer la verruga peruana, y estudiar sus síntomas, evolución y tratamiento.
Este joven idealista, altruista
y comprometido con la medicina, la ciencia y su país, nació en Cerro de Pasco, Pasco,
un 13 de agosto de 1857. Creció en su tierra natal y a la edad de 14 años,
emigró a la ciudad de Lima, donde cursaría
sus estudios secundarios y posteriormente, ingresa a la Facultad de
Ciencias, en la carrera de Medicina Humana en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos en 1880.
“Como estudiante de
medicina, realiza prácticas en hospitales, entre ellos, el hospital francés
Maison de Santé. En esos nosocomios, entra en contacto con enfermos de la
“verruga peruana” e inicia sus escritos producto de la observación in situ.
Entonces, el 27 de
agosto de 1885, llevado por su espíritu científico, acudió a la Sala de las
Mercedes del Hospital Dos de Mayo de Lima, y le solicitó al médico Evaristo
Chávez que le hiciera la inoculación de sangre macerada de una tumoración
verrugosa con el fin de reproducir la verruga peruana para comprobar su
evolución y descifrar su cura.
Daniel Alcides Carrión
escribió personalmente su historia clínica hasta el 26 de septiembre de 1885,
momento en el cual, agobiado por la fiebre y la anemia grave, entró en delirio.
A su solicitud, sus compañeros siguieron escribiendo el documento clínico que
había iniciado.
El 05 de octubre de 1885 ocurre su deceso en el Hospital francés
Maison de Santé, con tan solo 28 años de edad.
En 1886 el Estado
peruano publica sus anotaciones sobre la verruga conmemorando el primer
aniversario de su muerte.
El heroico experimento
de Alcides Carrión, al inocularse el virus de la bartonelosis, brindó evidencia
clínica que permitió a futuros médicos corroborar científicamente la teoría
según la cual la fiebre de la Oroya y la verruga peruana son síntomas de una
misma patología.
Fernando Cabieses,
reconocido científico y médico peruano, dijo “para Daniel A. Carrión la
Medicina no fue una ocupación ni una profesión. Para él la medicina fue una
religión”.
Posteriormente, en el año
2002, con la Ley N° 27794 se modifica el artículo 1 de la Ley 25342 y, se
declara “Héroe Nacional, mártir y
maestro de la medicina peruana a don Daniel Alcides Carrión”.” Fuente: bnp.gob.pe
Ser buen Médico, requiere mucho esfuerzo, estudio,
dedicación, disciplina, sacrificio. Reconocimiento y gratitud, a estos hombres
y mujeres que tienen esta vocación de servicio y que ven en un paciente a un
ser humano (no un número de historia clínica), con problemas de salud física y
por ello vulnerable emocionalmente; tratan una enfermedad, pero también a la “persona”
que la padece y a la familia que la acompaña en su padecimiento. No en vano se
dedican a la Medicina Humana.
El país se enriquece y
crece con las buenas acciones de personas y/o profesionales que trabajan con
entrega, por los suyos, por los demás y por su comunidad. Reconocimiento y gratitud a los hombres y mujeres que ejercen
la Medicina en este pedazo de tierra llamado Perú.
*Imágenes:
Difusión
Muy interesante
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